Tres civiles, entre ellos una bebé de nueve meses, y cinco militares murieron el viernes luego de que presuntos rebeldes de las FARC atacaron en dos puntos diferentes del suroeste del país, informaron las autoridades.
Uno de los ataques fue atribuido a miembros del frente 14 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y se produjo a las 00.10 del viernes (0510 GMT) en el municipio de Puerto Rico, en el departamento de Caquetá, a unos 320 kilómetros al suroeste de Bogotá, dijo el comando de las Fuerzas Militares en un comunicado de prensa.
Los rebeldes lanzaron al menos siete morteros artesanales contra la estación policial y uno de ellos cayó sobre una casa donde murió el padre, la madre y su bebé, una niña de nueve meses, mientras que otros dos menores, de siete y nueve años, de casas aledañas, también resultaron heridos, indicó el comunicado oficial.
Tres casas resultaron dañadas en el ataque al igual que el puesto de salud, agregó.
Los insurgentes lanzaron los morteros artesanales desde la orilla de un río al frente de la localidad, de acuerdo con la versión militar.
El ataque fue el primero que sufre Puerto Rico, una localidad de unos 32.000 habitantes, en lo que va del año, dijo en diálogo telefónico con The Associated Press Sandra Troches, secretaria de gobierno de esa población. Advirtió que desconocía la identidad de las víctimas de la incursión, pero que sí eran de una misma familia.
La funcionaria dijo carecer de otros detalles y que estaba, junto con otras autoridades, entrando a una reunión de seguridad para evaluar lo sucedido.
En un segundo ataque, también en el suroeste de Colombia, cinco militares murieron en combates contra insurgentes.
Los choques se produjeron entre la medianoche y la madrugada del viernes en una zona rural del municipio de Florida, en el departamento de Valle del Cauca y a unos 275 kilómetros al suroeste de la capital colombiana.
El coronel Nelson Ramírez, comandante de la policía en el Valle del Cauca, explicó en diálogo telefónico con la AP que un suboficial y cuatro soldados perdieron la vida en el combate.
Los cinco uniformados muertos eran parte de un pelotón de entre 25 a 30 militares que estaban patrullando a pie cuando fueron atacados por los guerrilleros, agregó el oficial.
Los dos ataques fueron los más graves atribuidos a los rebeldes desde que el 7 de abril al menos seis militares murieron en un ataque guerrillero en el departamento del Chocó, en la noroeste del país y sobre la costa del Pacífico.
En marzo el ejército sufrió otro revés cuando 11 militares murieron, también a manos de las FARC, en el departamento de Arauca, justo en la zona de frontera con Venezuela.
La fuerza pública respondió días después con dos sendos bombardeos –uno en Arauca y otro en el departamento de Meta, al sur de Bogotá– en los que murieron más de 60 rebeldes.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha rechazado que haya un incremento de acciones de las FARC y asegura que son sólo «ataques tipo avispa» que buscan distraer la atención de la fuerza pública de sus objetivos: los jefes y mandos medios de la guerrilla.
El Ministerio de la Defensa no ha ofrecido desde inicios de 2011 datos actualizados sobre cuántos militares y policías han muerto y resultado heridos en distintos incidentes armados.