“Chávez tiene cáncer… Hay que hacerle huelga a Henri Falcón (gobernador de Lara), hay que hacerle huelga a Pablo Pérez ( Zulia), hay que hacerle huelga al malandro majunche de Miranda (Henrique Capriles), que no está gobernando… Se supone que ese delincuente prófugo que está en Miami sabe algunas cosas y es capaz de que las diga. Así que no les extrañe que aparezca el señor (Aponte Aponte) asesinado».
Estas perlas las dijo como bien saben el gobernador de Portuguesa y coordinador de Medición y Evaluación de Campaña del Comando Carabobo, Wilman Castro Soteldo, en el taller que dictó el comando de campaña a sus jefes regionales.
Por primera vez vemos preocupación en el seno del chavismo. En esta reunión que debió haber sido a puerta cerrada, pero que no lo fue, se manejaron 3 escenarios desesperanzadores para la tolda roja: seguir con un Chávez decaído, seguir sin Chávez o suspender las elecciones. Además el diputado Darío Vivas criticó la no visibilización del despliegue de la tolda roja. La diputada gritona Blanca Eekhout llamó sorprendentemente y paradójicamente a «romper con el adeco que todos tenemos dentro”. Los rojos poco a poco sienten que el nivel del agua va llegando al cuello.
Lo discutido en esta reunión tendrá repercusiones aguas adentro. En primer lugar porque difiere de la línea discursiva de Diosdado, Maduro, Jaua, Jorge Rodríguez y el resto de los peces gordo del PSUV. En segundo lugar porque de ahora en adelante ya se tiene un responsable intelectual de las posibles protestas que puedan ocurrir en estados que son oposición. Y en tercer lugar porque al final del día lo que dice Castro Soteldo es verdad: Chávez tiene cáncer y ellos son los responsables de llevar al Presidente a que haga el menor esfuerzo posible.
La verdad duele estimados camaradas.
Los rojos ahora están obligados a frenar a los demonios desatados con la estadía del Presidente en Cuba. Su enfermedad sin duda ha provocado una exaltación por el poder y ha acelerado la misión raspa la olla. El liderazgo medio del chavismo ha mostrado los dientes y ahora desde Miraflores van a tener que prestarles atención.
El paciente en su visita por Venezuela seguramente jalará algunas orejas y tratará de demostrar que sí tiene la salud necesaria para seguir con el coroto en la mano. Lo irónico es que todos sus esfuerzos para demostrar que anda fino serán desde un salón o desde el balcón del pueblo. El Chávez de las masas ya es un viejo recuerdo y esto lo saben sus seguidores.
Esperemos entonces por el pronunciamiento de los otros sectores o corrientes del PSUV. Sabemos que están descontentos, preocupados y con mucha incertidumbre. En este estado debo admitir que hasta son entretenidas las metidas de patas.
¡Adelante entonces camaradas, a soltar esas penas!
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