La sociedad del siglo XXI y así también la diplomacia, no escapa a la distinción entre información y comunicación, dentro del imperativo de la transparencia. La información está siendo superada por la necesaria comunicación. La información envía mensajes por palabras e imágenes, contenidos moldeados y orientados; mientras que la comunicación establece una relación y un dinamismo entre quien emite, quien recibe y el mensaje.
La diplomacia hasta ahora había estado asignada por el secreto y por la sola actividad de los gobiernos. Hoy como lo vimos en la cumbre de Cartagenas participa la sociedad civil con sus empresarios, trabajadores, jóvenes e indígenas y los medios de comunicación social.
La diplomacia continúa siendo el arte y la técnica de la representación de los estados, pero también de los pueblos, en el contexto internacional. Aunque manejada por profesionales.
La acción diplomática es más política, los consulados representan los intereses de la nación y sus ciudadanos. Solo hay una embajada por país, pero pueden existir varias oficinas consulares. Por eso es un error cerrar un consulado como sucedió en Miami que perjudica a los venezolanos y en nada políticamente a los Estados Unidos.
Para cumplir sus funciones los diplomáticos tienen privilegios e inmunidades. Los locales de la Misión Diplomática son inviolables, como también la correspondencia y comunicaciones con su gobierno. Por eso el uso de la valija diplomática que no puede ser abierta ni retenida bajo ningún concepto. Para la comunicación más confidencial, especialmente cuando se refiere a asuntos internos donde el diplomático ejerce su función, se utilizan sistemas de claves y cifrados, que hasta hace poco eran absolutamente seguros e inalcanzables. Principio que rompió Wikileaks. Tradicionalmente el dominio de toda la información diplomática estaba en manos de los gobiernos tanto en la bilateral como en la multilateral. Hoy de la información diplomática tradicional se ha pasado a la comunicación con la intervención de la sociedad civil, el ejemplo más rotundo ha sido la primavera árabe donde los contenidos informativos de los gobiernos escaparon a su control, todo gracias al internet y a los nuevos sistemas como Facebook y Twitter, además del efecto de la Tv Al Jazeera.
Vivimos la era de la comunicación, de los 7 mil millones de personas 5.5 siguen la radio, 4.5 televisores ponen el mundo al día 3.5 teléfonos móviles y 2 mil millones de ordenadores han abierto un nuevo espacio cibernético y comunicaciones alternativas. Todo en función de la comunicación y la transparencia. El mundo se ha convertida en una aldea cibernética eminentemente técnica. La diplomacia también acompaña esta nueva realidad.
La globalización y la mundialización profundizada por el espacio cibernético le han dado a la diplomacia una nueva dimensión. El Ciberespacio obliga a una nueva diplomacia con mayor comunicación e inmediatez, pero también mayor transparencia. El ciberespacio se ha convertido en un tema de política exterior tanto en eventos multilaterales como en la diplomacia bilateral y en las relaciones de los estados y las sociedades civiles. Recientemente en la cumbre de las Américas en Cartagena el Presidente de México informo que habían celebrado la primera Cumbre Presidencial Cibernética de Mandatarios de estado de los países del continente con costas al Pacifico, en el proyecto de integración América latina y Asia. Por eso el interés de los gobiernos para un consenso mundial en torno a las normas éticas y jurídicas de los estados y las personas en el ciberespacio.
La sociedad política actual es menos secreta, por la facilidad para la información y la comunicación, donde es fundamental el papel de los medios de comunicación. Un factor reciente a tomar en cuenta a sido Wikileaks, al final del 2010 el secreto diplomático se rompió con el aporte del australiano Julian Assange, quien hizo públicos doscientos cincuenta mil comunicaciones de 274 embajadas y consulados con la correspondencia intercambiada entre estos diplomáticos y cónsules y el Departamento de Estado de Washington. Estos documentos han sido publicados en 5 grandes periódicos, el New York Time, Le Monde, The Guardia, der Spiegel, el Diario Español El País.
El caso de la organización Wikileaks, ha demostrado la fragilidad de la diplomacia de EEUU y la necesidad de una diplomacia ética y abierta, bajo la exigencia de los Derechos Humanos
Esta nueva diplomacia subversiva, solo se explica por el espacio cibernético y por el internet y la facilidad de las redes o las comunicaciones alternativas, en esta nuevo espacio virtual trasnacional. Nueva comunicación para la sociedad civil, difícil de ser contralada por los estados. Esto implica ir más allá de la democracia representativa y participativa hacia una diplomacia del conocimiento y la tecnología con la participación de todos.
@jcpinedap