La rueda de prensa con el historiador, ensayista y editor Enrique Krauze no figuraba en la agenda, sin embargo, apenas observar el entusiasmo de los periodistas, el autor mexicano, distinguido por la Sociedad Interamericana de Prensa con el Premio Chapultepec por sus aportes a la libertad de expresión, accedió a compartir preguntas e inquietudes.
En un salón del Palacio de Congresos de Cádiz, a tres pasos del mar y otros tantos del corazón histórico de esta ciudad del sur de España donde la SIP celebró su Reunión de Medio Año, instalaron cámaras y micrófonos para escuchar al intelectual de amplio prestigio en el hemisferio, amplio conocedor de la realidad nacional.
Habló de variados temas: de las elecciones mexicanas, del problema del narcotráfico, del casi seguro triunfo de Obama, de la crisis española y, por supuesto, de Venezuela.
“Un régimen populista es un régimen transitorio que puede durar años y décadas. Es una adulteración de la democracia que va apagando poco a poco sus fuentes nutricias. Eva Perón y Juan Domingo Perón, por ejemplo, fueron acosando de manera progresiva a la prensa y al Poder Judicial. En Cuba, por el contrario, Castro los cerró muy al principio de la revolución y diez años después dijo: ‘Con la revolución todo; contra la revolución nada’. Estaba claro que era un régimen totalitario”.
En Venezuela, observa, además de este cerco a la prensa, existe una actitud peligrosísima de los medios oficiales que se expresa en programas como el del señor Mario Silva (La Hojilla), el cual se utiliza para destrozar carreras y prestigios. Es propagandístico y agresivo.
“Este tipo de situaciones divide a la familia venezolana. Ese odio y la incitación al pueblo en contra del mismo pueblo, es lo que más me preocupa. Sin embargo, la libertad es un instinto tan natural, que siempre ha estado allí en los peores momentos de Venezuela y se expresó cuando cinco millones de votantes negaron en votación la reforma constitucional”.
-Cuando publica su libro sobre Hugo Chávez, titulado El poder y el delirio, todavía el Presidente no estaba enfermo. ¿Cambia la perspectiva?
-Cuando escribí ese libro, siempre destaqué que el problema de Chávez era confundir su biografía con la historia venezolana. Por momentos, cuando lo escuchaba en sus intervenciones públicas, parecía que la historia se reducía a lo que le pasaba al comandante Chávez.
“Ahora, y debido a este narcisismo enorme del Presidente, se intenta hacer ver que ya no es el Presidente sino Venezuela la enferma… y tiene cáncer”.
El historiador, sin embargo, comparte una certeza: “La mayoría de la opinión pública venezolana caerá en cuenta de lo que ha pasado en estos 13 años y del dominio discrecional de un hombre”.
“Siempre, cada vez que iba al país, alertaba sobre el peligro de concentrar el poder en una sola persona y de manera indefinida. Espero mucho del pueblo venezolano en estas elecciones y que todo el tránsito sea pacífico, luego de una derrota democrática, con la tendencia chavista persente pero compitiendo en un plano de equidad y de respeto”.
La píldora difícil del PRI
Krauze, amplio conocedor de la realidad latinoamericana y en particular de la mexicana, al referirse al sensible tema del narcotráfico en su país, admite la existencia de una guerra difícil de ganar en el corto plazo.
“Se necesita atacar el tejido social, emprender reformas al sistema judicial, construir una nueva policía y una relación distinta con Estados Unidos (mucho más asertiva), pero en todo caso no se debería culpar de esta situación al Presidente. Puede haber tenido mala estrategia, pero no es responsabilidad del Ejecutivo o del Estado mexicano”.
Con respecto al proceso electoral de su nación y la certeza de un triunfo del PRI (Partido Revolucionario Institucional), sostuvo que toda su vida lo criticó, “de este modo, es una píldora dificil de tragar que vuelva al poder. Tiene mucho del antiguo partido, pero, por otra parte, el país es otro: ya no son aquellos tiempos cuando el presidente gobernaba el congreso, el Poder Judicial y disponía del Tesoro Público, actuando como Chávez en Venezuela, aunque no tenía la oposición que ha tenido Hugo Chávez y lo digo en encomio de la oposición venezolana”.
El México distinto en la mirada de Krauze tiene un Poder Judicial autonómo, medios independientes (en particular radio y prensa) y estados gobernados por todos los partidos. “Es una democracia joven, pero democracia”.
Con respecto a la crisis española, pide preguntar “en qué medida era real o ficticio ese estado de bienestar. Por momentos, a mí me parecía que en algunos casos se vivía por encima de las posibilidades. Pero, en todo caso, quienes venimos de América valoramos aspectos como su democracia; sólo son necesarias medidas de tipo económico”.
“Los ajustes son dolorosos pero no se puede esperar todo del Estado. Es necesaria la chispa de la creatividad, de abajo, de la sociedad. Un mal legado del siglo XX fue dejar al Estado atribuciones que no debió tener. No estoy abogando por un liberalismo radical que deje a la gente desprotegida pero confiamos en el Estado de manera excesiva. Ojalá España se vea en el espejo de otros países y de su propia historia”.
Más no pudo hablar. Quedó conversación pendiente, por ejemplo, acerca de su relación estrecha con Octavio Paz, la de su trabajo como editor al frente de revistas literarias de ganado prestigio de un lado y otro del continente. Pero, el hombre político le ha ganado al escritor y eso lo sabe. Lo reconoce con una sonrisa mientras sus amigos de siempre lo esperan para compartir una charla amena por el Cádiz antiguo; la ciudad vecina del mar.
Fotos: Violeta Villar Liste
