Reconstrucción

La reconstrucción de Venezuela va a significar una tarea titánica para el nuevo gobierno.
Trece años de una revolución socialista trajeron como consecuencia una paradoja en todo. Nos referimos al orden social, económico, administrativo, laboral e internacional.
Algunas de las negociaciones que se informaron por los medios de comunicación fueron negociaciones atípicas, otras transacciones quedaron sólo en el Ejecutivo, La procuraduría y algunos personeros del gobierno.
Todos fueron negocios muy dudosos, que en un alto porcentaje expresaron pérdidas cuantiosas para la nación. ¿Por qué se le compró tanto armamento militar a Rusia? ¿Por qué de los negocios turbios con China? Y sin lugar a dudas ¿por qué se le regala tanto petróleo a Cuba? Y qué decir de las regalías a países como Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina y otros que no sabemos.
Ahora bien, y qué decir de la inseguridad, por dónde empezar en este campo, tan difícil y que ha traído tanto dolor y lagrimas a las familias venezolanas. ¿Se traerán al país las policías más expertas para que sirvan de asesores? Se aprobaría un desarme lo más profundo posible? ¿Se harían cambios sustanciales en la ley del código penal?
Indudablemente que se tendría que reducir la impunidad a su más mínima expresión. Y cómo enfrentar el grave problema del desempleo, lo cual ha traído desajustes en la familia venezolana, por no tener ocupación una gran mayoría de jóvenes han tomado el camino de la delincuencia, para ellos, esto quiere decir dinero fácil, pero a la larga terminan en la cárcel o en el cementerio. Lo que sí es cierto es que va a ser importante la creación de más fuentes de trabajo, muchas industrias han cerrado por la persecución tributaria que les ha impuesto el estado. Otras han sido expropiadas y por supuesto la deficiente política de los asesores económicos del gobierno ha influido para que no se consiga empleo en Venezuela. Otro de los rasgos económicos que es necesario encarar, desde el mismo día en que se encargue el nuevo gabinete, es la inflación; este es el país con la inflación más alta del planeta, sólo por debajo de Corea del Norte y algunos países africanos. No hay explicación para que usted vaya a la farmacia hoy y compre una medicina con un precio, vuelve dentro de quince días y se consigue que la misma medicina tenga un sobreprecio de un 20,30 y hasta 50 % de aumento.
En cuanto a las cárceles de Venezuela, es otro problema que requiere un estudio aparte, éstas se encuentran con una superabundancia de personas detenidas, el hacinamiento es tan grande que es imposible seguir manteniendo esta situación, son miles los venezolanos que han muerto en confrontaciones internas o bajo las balas de quienes lo vigilan. Son muchas las artistas que involucran tal situación: la compra de armas por parte de los presos a los guardias nacionales, la presencia de la droga en los penales y a todo esto se agrega la lentitud de los jueces para juzgar a quienes se encuentran allí por delinquir.
Nada se hace para que el nivel central ponga en manos de las gobernaciones tan magno problema, pues, desde Caracas más bien se ahonda la trágica suerte de las cárceles de la nación.
Son muchas las situaciones adversas que heredaría el nuevo gobierno de Venezuela, no podemos dejar de un lado hablar, en otra oportunidad de la vivienda, las expropiaciones que significan un tratado aparte, la electricidad, la pobreza crítica, la salud, cuyos hospitales en este país pasan por una infinidad de deficiencias, las carreteras, los caminos vecinales inservibles, la agricultura, la construcción, la educación y tantos otros que usted amigo lector padece diariamente, es por esto que observamos, como consecuencia de lo dicho anteriormente, que las manifestaciones, las invasiones, las huelgas de hambre y los enfrentamientos cada día son más comunes, pero el ser supremo ayudará a nuestra querida patria, para que el 7de octubre haya un nuevo gobierno que gobierne y que una a todos los habitantes de esta tierra, para bien de quienes nos mantenemos estoicamente y de nuestras generaciones futuras.