Una decisión de aumento del salario mínimo debe situarse en un nivel ligeramente superior a la inflación-objetivo para mantener la capacidad de compra de los trabajadores a futuro, asegura el Consejo de Economía Nacional, al estimar que el nuevo salario mínimo debería alcanzar a Bs. 1.935,00.
El organismo asesor establece que un aumento del salario mínimo de forma aislada, como mecanismo de mejoría de la calidad de vida y como manera de estimular la inclusión social puede provocar efectos indeseados sobre la informalidad y/o el desempleo abierto. Por lo tanto, dichas decisiones salariales siempre deberían acordarse dentro del marco de negociaciones tripartitas y de la contratación colectiva tomando en consideración las características y situaciones particulares de cada sector ya que una decisión por vía administrativa debe tener un efecto restringido debido a la exclusión de los no-asalariados y la propia estructura de nuestro mercado de trabajo.
Estrategia económica
Reitera el CEN que la mejoría de la calidad de vida de los venezolanos ocurrirá, con la instrumentación de una estrategia económica que estimule el crecimiento económico sustentable. Dicha estrategia debe incluir tres elementos centrales: recuperar el potencial de producción petrolera, ejecutar una estrategia fiscal que estimule el crecimiento económico sostenible y una política de incentivos para la promoción de la inversión privada. Los dos primeros elementos deben ser la base para iniciar el proceso de crecimiento económico sostenible y el tercero elemento debe dotar de sostenibilidad temporal a la estrategia diseñada.
El Consejo observa, que los cambios tecnológicos y la globalización están provocando modificaciones estructurales que obligan a plantearse nuevos esquemas de remuneración laboral. La globalización trae implícita la competencia a la cual no escapa el factor trabajo. Así como el salario debe acercarse a la satisfacción de las necesidades mínimas, igualmente debe ser la consecuencia de una política económica de crecimiento económico.
En otras consideraciones, destaca que el impacto del aumento del salario mínimo sobre la situación financiera del Gobierno Central puede representar gastos adicionales de 0,7% del Producto Interno Bruto, y sobre las gobernaciones y las alcaldías un 0,3% del PIB. Estos gastos adicionales podrían aumentar las necesidades de financiamiento del sector público y afectar el comportamiento futuro de la inflación y la tasa de interés.
Con relación a la inflación proyectada, el impacto del aumento del salario mínimo debe representar un ligero aumento. Dato que el componente laboral dentro de la estructura de costos de producción de la economía venezolana se encuentra en 6%, un ajuste del salario mínimo , como el sugerido, podría genera un incremento adicional de la inflación de 1,5%. No obstante, dicho efecto inflacionario podría atenuarse en un ambiente donde se promueva el aumento de la productividad. En ese contexto, el aumento del salario mínimo representaría una mejoría directa en la capacidad de compra de los trabajadores y, por tanto, en su bienestar social.
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