El grupo petrolero argentino YPF cortó los vínculos computacionales con su empresa matriz Repsol-YPF, dijeron dos fuentes familiares con el asunto el domingo, luego de que el Gobierno de Buenos Aires revelara esta semana los planes para tomar control de la compañía energética en su país.
La movida es la más reciente de una serie de acciones para despojar a la firma española Repsol de la filial argentina de YPF, incluso antes de que el país sudamericano haya implementado leyes que den las bases para la nacionalización.
La presidenta Cristina Fernández anunció el lunes pasado los planes para expropiar un 51 por ciento de YPF, que le otorgaría el control de la compañía, tomando la mayoría de las acciones de Repsol-YPF. La mandataria citó un fracaso de la española en invertir lo suficiente en YPF, lo que contribuía a una escasez energética en el país.
Repsol, que posee un 57 por ciento de YPF, dijo que ha elevado consistentemente la inversión en YPF y analistas dijeron que los controles de precio fijados por Argentina sobre el petróleo y el gas eran la razón por la que las empresas no invertían más en la producción.
La prensa local dijo que incluso antes de que Fernández terminara su discurso, el representante gubernamental en la mesa directiva de YPF, Roberto Baratta, había ingresado a las oficinas de YPF y había leído en voz alta los nombres de los ejecutivos que tendrían que abandonar el edificio de forma inmediata.
Horas después de que se anunciara la expropiación en vivo por la televisión nacional, el administrador interino nombrado por el Estado, el ministro de Planificación Julio De Vido, ocupaba los despachos de la compañía en el lujoso vecindario de Puerto Madero.
Las dos fuentes dijeron que, días después, YPF cortó las comunicaciones electrónicas con Repsol, evitando que Repsol accediera a información sobre las operaciones de YPF.
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