“…Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel y vinieron a verme….”, reza el Evangelio, según San Mateo, capítulo 25, desde el versículo 32 al 36.
El Hogar de Niños Impedidos Don Orione (Honim) es el cálido hogar para los pequeños que no fueron arrullados por sus padres. Sin embargo, el amor de Dios y del personal que labora en la institución, nunca les ha faltado. Todo lo contrario. Conforman una gran familia, digna de admirar y que además constituye un tesoro para nuestra sociedad e Iglesia Católica.
Actualmente, la devoción y esmero del padre Fernando Santamaría, director del Honim, en cuidar como un padre de todos los niños allí recluidos, conforta a cuantos han tenido la oportunidad de visitar la sede ubicada en la comunidad El Suspire, en la carrera 1 con calle 4, entre las avenidas Morán y Argimiro Bracamonte.
“Es lamentable la indiferencia”
Por su parte, el padre Laudence Betancourt, director encargado, por los próximos 15 días aproximadamente, declaró que ante la crisis económica que los afecta, han trabajado en diferentes estrategias para contar con los fondos necesarios para el pago del personal.
“¿Qué hacemos con los alimentos, si tuvieramos que prescindir de la señora que los alimenta? El trabajo que desempeña cada uno de los empleados del Honim es importante, por esa razón, nos esforzamos en que no les falte su salario. No obstante, cada vez es peor la crisis económica”, sostuvo.
Explicó que del 52% de los aportes financieros que hacía la Misión Negra Hipólita, promovida por el Gobierno nacional, a las instituciones del Pequeño Cottolengo Don Orione y Honim, hoy apenas está contribuyendo en un 8%.
320.000 mil bolívares mensuales, invierte esta casa benéfica entre el funcionamiento y el pago de la nómina. Es importante aclarar que del Honim, se derivan otros dos hogares de cuidados comunitarios:el primero, ubicado en el barrio José Félix Ribas, en el oeste de Barquisimeto y, el segundo de ellos, en la comunidad de San Jacinto, al norte de la ciudad.
“Nos hemos dirigido a todos los organismos: Alcaldía de Iribarren, Gobernación de Lara, Misión Negra Hipólita, Asamblea Nacional, entre otros, con el fin de asegurar los cuidados de nuestros niños. La mayoría, además de su alimentación, toman medicinas que también son muy costosas.
Es lamentable no sólo la falta de recursos económicos, sino la indiferencia con la cual se muestran las autoridades con esta difícil situación que atraviesa Honim”.
Fotos: Ricardo Marapacuto