«Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; y arrodillándose delante de Él, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!» Esto según los evangelios de Mateo 27:29, refiriéndose a la Pasión de Cristo.
De acuerdo a teólogos, los sufrimientos de nuestro Señor fueron insuperables, «porque Él es único» e incomparable. Y la ignominiosa corona tiene un mensaje para creyentes y no creyentes: «para que nosotros pudiésemos recibir la corona de vida, Cristo debía llevar la corona de espinas… El Salvador de los pecadores debía sustituirnos en todo, aún en nuestra vergüenza y humillación».
Es comprensible que Chávez, en acto de desesperación, llore e implore ante Jesús pidiéndole más vida: «… Dame tu corona, Cristo. Dámela que yo sangro, dame tu cruz, cien cruces, que yo las llevo, pero dame vida. No me lleves todavía, dame tus espinas, dame tu sangre, que yo estoy dispuesto a llevarla pero con vida, Cristo, mi señor. Amén», ya que se halla bajo amenaza de muerte, no de atentados como tantas veces lo anunció, sino por un terrible cáncer.
El peso de las palabras es fuerte, quizás la angustia de saberse con poco tiempo de vida física, implorante, pidió a nuestro Señor Rey de Reyes la corona de sufrimientos y humillación, sin ver la dimensión y el significado de vida, pero, de vida espiritual que representa para los humanos, y que Cristo la llevó por acto de amor para salvarnos de los pecados y darnos vida eterna. Esa corona también la llevó por ti Chávez, no es necesario que se la quites.
No basta públicamente manifestar tu Fe, sino que des muestras de arrepentimiento volteando la vista hacia donde están personas inocentes pagando condena como los presos políticos, y la jueza María Lourdes Afiuni, quien además, padece de cáncer y que ellos, también, viven un vía crucis.
Chávez ha sido irresponsable al mentirle al pueblo, presentándose como un supercampeón. He seguido las trazas de su enfermedad mucho antes de que fuera público; información que manejamos con discreción y diligencia, ya que la enfermedad de un Jefe de Estado, en un régimen autoritario sus consecuencias políticas son terribles. Acudimos tres veces al TSJ a solicitar que designe la Junta Médica a objeto de certificar la incapacidad para que se active la Transición, pero ni el TSJ, ni la AN han prestado atención.
Chávez ha burlado la Carta Magna y hasta la oposición ha cedido, permitiendo las pasantías del paciente en Cuba, cuando es obligatorio al menos, la declaración de falta temporal y el nombramiento del Presidente Encargado. Quienes no quieran mirar tal escenario y aferrarse a lo electoral, están fuera de la realidad.