Al menos diez personas murieron hoy en Irak, entre ellas un destacado dirigente de la organización terrorista Al Qaeda en la provincia de Diyala (norte) que se suicidó en su vivienda al verse asediado por las fuerzas iraquíes.
Una fuente de seguridad en Baquba, capital de Diyala, informó a Efe que un grupo conjunto de la Policía y el Ejército iraquíes cercaron la casa de Husein Abdel Fatah, importante dirigente de Al Qaeda en esa región.
Al enterarse del asedio, Abdel Fatah hizo estallar un cinturón explosivo, lo que causó su muerte junto a la de su mujer y la de tres de sus hijos, e hirió a tres militares.
También en la misma provincia, un civil murió y otros tres resultaron heridos en la explosión de un artefacto en una estación en la zona de Yula, mientras que un grupo armado de desconocidos asesinó a tiros a un policía iraquí en la zona de Al Mansuria.
Por otra parte, tres miembros de una familia murieron hoy y otro más resultó herido después de un grupo de desconocidos detonaran varios explosivos que habían colocado alrededor de su casa en la localidad de Al Tayi, al norte de Bagdad, informó a Efe una fuente de la policía iraquí.
La fuente, que pidió el anonimato, explicó a Efe que los desconocidos detonaron los explosivos con los que rodearon la vivienda construida con adobe, en Al Tayi, a unos 20 kilómetros al norte de Bagdad.
La explosión causó la muerte de un hombre, de su mujer y de uno de sus hijos y heridas graves a su hija, que fue ingresada en un hospital cercano para recibir tratamiento, según la fuente, que agregó que el padre era un civil.
Las fuerzas de seguridad lanzaron una operación de busca y captura contra los agresores.
Desde la retirada definitiva de las tropas estadounidenses en diciembre del año pasado, Irak vive un repunte de los atentados terroristas, dirigidos especialmente contra la comunidad chií y las fuerzas de seguridad.