Día de la Tierra: Promover la conciencia para la protección del planeta

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El Día de la Tierra es un día celebrado en muchos países el 22 de abril. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear conciencia sobre los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.

Historia

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La enciclopedia libre Wikipedia establece que la primera manifestación tuvo lugar el 22 de abril de 1970, promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, para la creación de una agencia ambiental. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades. La presión social tuvo sus logros y el gobierno de los Estados Unidos creó la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) y una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente.

En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.

El Día de la Tierra es una fiesta que pertenece a la gente y no está regulada por una sola entidad u organismo; tampoco está relacionado con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas ni raciales. En este día se reflexiona sobre la importancia del agua, que es indispensable para la vida de todas las especies del planeta, incluida la humana, pues de toda el agua que existe en el planeta, tan solo el 2% es potable.

El Día de la Tierra apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como personas ambientalmente conscientes.

Logros

El Día de la Tierra pareció, en una época, que iba a desaparecer. Aun cuando continuaron las celebraciones anuales, no lograban equiparar el tamaño y entusiasmo del primer año.

Esta fecha se había convertido en algo rutinario, en una especie de conmemoración de las protestas de principios de los años setenta.

Sin embargo, el destello de conciencia generado por el primer Día de la Tierra siguió creciendo. Las organizaciones populares, ahora denominadas organizaciones no gubernamentales (ONG), aumentaron en tamaño y poder. Grupos como Greenpeace, formado en Canadá en 1971, adaptó los principios de la desobediencia civil no violenta para crear conciencia pública en torno a la menguante población de ballenas y los riesgos de la energía nuclear.

Nature Conservancy, creada en 1951, se dedicó a principios de los setenta, a la preservación de la diversidad natural y comenzó a comprar tierra sin desarrollar para la preservación de la naturaleza.

Los estadounidenses comenzaron a separar la basura doméstica para el reciclaje. A finales de los años ochenta, se establecieron programas de reciclaje en muchas comunidades.

A mediados de los noventa, estos programas municipales ya rendían retribuciones: la cantidad de basura que se vaciaba, en los rellenos iba en notable descenso, y más de 20% de la basura municipal de los Estados Unidos se convertía en productos de utilidad.

Las corporaciones, bastante conscientes de los deseos del consumidor y del marco de referencia de las ganancias, comenzaron a promoverse como acordes al medio ambiente, al utilizar orgullosamente material reciclado en sus empaques y difundir comerciales por la televisión que hablaban de sus logros en la protección de la Tierra. Más importante fue la adopción por muchas empresas de manifiestas prácticas comerciales que aumentaban la eficiencia y disminuían la cantidad de desecho industrial. Estimulado por los consumidores y las ONG, forzado por la ley a cumplir con las normas en cuanto a calidad de aire y agua, y finalmente al percatarse de que los nuevos métodos podrían de hecho ser rentables, el sector privado aceptó su rol en la gerencia ambiental.

El agua

Uno de los temas predilectos del Día de la Tierra es el agua. Debido a las distintas actividades humanas, se vierten hoy en ríos, lagos y acuíferos, grandes cantidades de contaminantes, los cuales alteran la calidad natural de las aguas, y ponen en alto riesgo el desarrollo de actividades como el abastecimiento de agua potable, el riego, la pesca y las actividades recreativas, con el consiguiente deterioro de la calidad de vida del hombre.

El agua no sólo es parte esencial de nuestra propia naturaleza física y la de los demás seres vivos, sino que también contribuye al bienestar general en todas las actividades humanas.

El vital líquido se utiliza mayormente como elemento indispensable en la dieta de todo ser vivo y ésta es uno de los pocos elementos sin los cuales no podría mantenerse la vida.

Es objeto cada vez más de una severa contaminación, producto de las actividades del hombre; éste agrega al agua sustancias ajenas a su composición, que modifican la calidad de ésta.

Se dice que está contaminada pues no puede utilizarse como generalmente se hace. Esta contaminación ha adquirido importancia debido al aumento de la población y al incremento de los agentes contaminantes que el propio hombre ha creado.

El petróleo

La existencia del problema de la contaminación del agua por hidrocarburos, especialmente en los puertos, se admite desde 1920.

Este tipo de contaminación ocasiona la destrucción y muerte de aves marinas y otros animales, causando efectos perjudiciales en peces y microorganismos marinos.

Además los hidrocarburos permanecen durante largo tiempo y pueden ser trasladados por las corrientes marinas hacia las costas u otras latitudes.

Hacia principios de 1950 la cantidad de hidrocarburos que se transportaban por mar era tan grande, que se convocó a una Conferencia sobre el tema, de la cual nació el Convenio Internacional para prevenir la Contaminación de las Aguas del Mar por Hidrocarburos, firmado en Londres, Inglaterra, en 1954.

Hay diferencias notables en el comportamiento de diferentes organismos ante la contaminación con petróleo. Los moluscos como las almejas y mejillones, muestran muy baja capacidad de eliminación del contaminante y, aunque muchos organismos no sufren daños importantes con concentraciones del producto de hasta 1000 ppm, algunas larvas de peces se ven afectadas por niveles tan bajos como 1 ppm.

Las aves y los mamíferos se ven afectados por la impregnación de sus plumas y piel por el crudo, lo que supone su muerte en muchas ocasiones porque altera su capacidad de aislamiento o les impermeabiliza.

Los daños no sólo dependen de la cantidad vertida, sino también del lugar, momento del año, tipo de petróleo, entre otros.

Por ejemplo, un simple vertido de limpieza de tanques de un barco, mató en Noruega a 30.000 aves marinas en 1981, porque fue arrastrado directamente a la zona donde estas aves tenían sus colonias.

La mayoría de las poblaciones de organismos marinos se recuperan de exposiciones a grandes cantidades de petróleo crudo en unos tres años, aunque si el petróleo es refinado o la contaminación se ha producido en un mar frío, los efectos pueden durar el doble o el triple.

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