Régimen de Participación Política y observancia de v1alores democráticos, constituyen un binomio de perdurable vigencia en el seno de una asociación de hombres libres, donde la democracia se conciba como el único sistema susceptible de absoluta libertad y donde el máximo derecho sea el determinado por la participación política.
A las ideas señaladas se imbrica con decisión el sustantivo concepto libertad, para ensanchar el ámbito de fundamentales elementos, que dan sentido y realización a la gestión democrática propugnada por los ciudadanos, en el propósito de alcanzar, al amparo de esa libertad, sus más nobles iniciativas y comunes aspiraciones.
En el orden establecido, hay base suficiente para efectuar un compendioso análisis, que permita un juicio de lo inmediato y conceptual de la democracia, interpretada no solamente como el sistema de la libre participación, en lo más actual y operativo, sino proyectando sus valores universales, en el multánime consenso, que logró con diáfana elocuencia el genial orador de Gettysburg Abraham Lincoln: gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.
Síntesis admirable que concilia los valores esenciales y conceptuales de la institución dentro de ese armónico compendio, que goza de unánime aceptación, pues, eleva ese juicio consagratorio a la jerarquía de ser patrimonio de la humanidad y dechado de perpetua mención.
En una de sus últimas decisiones, el Consejo Nacional Electoral, máximo cuerpo institucional y colegiado, que rige y dirige el proceso comicial venezolano cerrará el venidero 15 de Abril de 2.012 las elecciones presidenciales y regionales, con lo cual nos acercamos más a ese histórico suceso, que esperan con singular interés los demócratas venezolanos. Según cifras oficiales trasmitidas, el proceso cerrará con una cifra muy aproximada a los 19 millones de inscritos.
Otras cifras de informaciones recogidas nos ponen de manifiesto, que el último corte del Censo Electoral Permanente, efectuado en febrero del año 11 y el 29 de febrero del 2.012, se registraron la cifra de 1.123.945 electores. Existe la certidumbre, que si los partidos políticos y jóvenes de nueva elección, participan con entusiasmo realizador, hasta la fecha de cierre, en un número aproximado de 300.000 nuevos inscritos.
Siempre hemos observado y con secuencia que crece cada año, cuando se cierra el registro electoral, queda una cantidad de jóvenes entre edades de 18 y 25 años, sin inscribirse en el registro electoral permanente, con las lamentables consecuencias que constituye perdida tan lamentable. También merece tomar en cuenta las observaciones que hacen algunos directores y establecen como causal de esta abstención, irregularidades que persisten en la zona rural, que impiden cumplir a cabalidad, la normativa del Registro Civil, sino a otras causales que mencionamos a continuación.
Posiblemente se presenta esta causal, pero recordamos, que los habitantes del sector rural apenas alcanzan entre el 4% o el 5% de la población nacional activa. En cambio, incumplimiento que los objetivos, que la constitución atribuyo al Sistema Educativo, tiene una mayor incidencia y es caso que merece, por su trascendencia civica, la homogénea atención de las autoridades que deben velar por el cabal cumplimiento y aplicación de las directivas y bases, que la reserva constitucional guarda para el sistema educativo venezolano en todos sus niveles.
Desde hace tiempo venimos sosteniendo en esta columna periodística y en otros medios de comunicación social, que nuestra educación en los momentos actuales, no forma el ser para el ejercicio de la vida democrática, ni para el cambio tecnológico. En estas altas miras debe centrarse todo proceso educativo destinado a crecer y pervivir en el porvenir.
Pensamos solamente en la manera defectuosa como cumple nuestra juventud el deber de servir a la patria y la función cívica del voto. Esta información lo revela claramente: este año parte importante de la juventud larense muchos electores jóvenes han quedado excluidos por estas razones del proceso electoral que se avecina.
El sistema de educación centralizada, debe basarse fundamentalmente en el cabal cumplimiento de los objetivos educativos, forman un hombre técnicamente experto y moralmente libre. Un hombre apto para la vida y el ejercicio de la democracia. Como lo pedía el maestro innumerable Don Simón Rodríguez: un hombre capaz de saber vivir en República.
Nuestra educación no está formando para la vida democrática y en cambio deja libre de la via a los jóvenes al no comprender el sistema de la libre participación, ni estar preparados para actuar en ella, caigan en el escepticismo, la inseguridad y la frustración, con sus funestas consecuencias.
Tampoco forma nuestra educación para el cambio tecnológico, ni para los oficios y las ocupaciones, las necesidades del taller que gráficamente aludía nuestro eximio maestro Don Cecilio Acosta y que reclama con premiosa urgencia el país de hoy, el país en vías de desarrollo. Revisar con ahínco, a través del auditorio académico, este notorio incumplimiento de objetivos, debe ser la optima preocupación y empeño de la administración escolar y, sobre todo, poner énfasis, en la idónea gerencia del proceso enseñanza aprendizaje, que podrá significar positiva contribución para esta toma de conciencia que tenemos los venezolanos de esta sociedad en transición.