El candidato presidencial de la Unidad, Henrique Capriles, aseguró que el Gobierno del presidente Hugo Chávez está hoy «sin rumbo» como la oposición hace diez años.
«El 11 de abril de 2002 le dieron un golpe de Estado a quien dio un golpe de Estado en 1992; en 2012 el golpe que viene son votos», dijo Capriles.
El candidato se refería así al intento de golpe que Chávez protagonizó hace veinte años como teniente coronel contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y a los sucesos que dejaron a Chávez fuera del poder por dos días en 2002.
Hace diez años, reiteró Capriles en un reunión con diputados antichavistas, la oposición derrocó a Chávez con el uso de la fuerza y no de los votos, porque estaba «sin rumbo y no teníamos dirección».
«Cada diez años algo pasa y yo le aviso y le digo (a Chávez) qué le va a pasar el 7 de octubre: el pueblo va a salir sin miedo a derrotar el chantaje, a derrotar la mentira», remarcó.
Capriles recriminó a Chávez por condenar el golpe en su contra y a la vez conmemorar el que lideró el 4 de febrero de 1992 contra Pérez.
Para Chávez, sostuvo, «hay golpes buenos y golpes malos» y por eso cada 4 de febrero «celebra con bombos y platillos» la intentona por la que fue condenado y posteriormente indultado.
«Chávez dio un golpe de Estado; no lo logró. Quizás eso lo frustra, porque probablemente le hubiese gustado llegar al poder no por votos sino por un golpe de Estado», remarcó.
Recordó que como alcalde de Baruta fue detenido tras los hechos de 2002, acusado de participar en el violento cerco que entonces tendió contra la embajada de Cuba un grupo de antichavistas, aunque dijo que lo hizo para calmar ánimos.
El Gobierno de Chávez mantiene desde entonces, dijo hoy, «una campaña de mentiras para destruir a una persona», a pesar de que la justicia finalmente lo absolvió.
«¿Si yo soy tan culpable por qué no me culparon?», se preguntó y dijo estar dispuesto a acudir a la unicameral Asamblea Nacional y presentar ahí «todas las pruebas» que le permitieron ser exonerado de culpa por un tribunal en 2006.
«Me pongo a las órdenes, nuevamente, para ir a un debate sobre el 11 de abril» de 2002, insistió, tras destacar que «diez años después todo ha cambiado» en las filas opositoras.
Ahora «estamos claros (sobre) cuál es nuestra agenda y cuál es nuestro objetivo», dijo.
Este apunta a acabar, «por ejemplo -prosiguió- con la corrupción en los programas sociales» gubernamentales.
Al igual que el petróleo, los programas sociales gubernamentales, que el Gobierno de Chávez llama misiones, remarcó, «son del pueblo» y «no solo deben mantenerse sino mejorarse».
En ese sentido, anunció que 20.000 personas comenzarán «en las próximas horas» a recoger firmas en todo el país para presentar una ley de iniciativa popular que llamó «Misiones para todos por igual», para permitir que tales iniciativas no beneficien solo a quienes dicen ser chavistas, requisito que dijo mantiene el Gobierno.