El lenguaje político natural que desde el Gobierno impone la maquinaria de propaganda, nos trata de hace ver que todo funciona a la perfección en Venezuela, aunque el presidente esté enfermo de cáncer y se la pase en la República de Cuba recibiendo el tratamiento médico aconsejado para mejorar.
Lo que sucede en la campaña electoral oficialista con la enfermedad del presidente es que ha sido transformada
en el hito político que sustituyó a la Constitución. Es decir, como tenemos un presidente enfermo eso lo habilita para actuar sin límites en el ejercicio del poder. Quieren que toleremos que «El presidente lo puede todo».
Si evaluamos lo que sucede observando el comportamiento del presidente de la República, podemos sacar tres conclusiones: un enfermo de cáncer puede gobernar mientras no esté privado de raciocinio; puede realizar las funciones propias del cargo sin necesidad de estar en el país; lo hace desde la patria grande (Cuba); y la única preocupación para mantenerse en el poder y morir en ejercicio del cargo de presidente es cómo seguir regalando el ingreso petrolero para que vean que «los amo».
El otro enfoque es observar el comportamiento de sus colaboradores, quienes hacen uso de la pastoral de la iglesia Católica para pedir por la salud del presidente, haciendo ver que la sanación es un asunto de fe y que la práctica del comunismo y de la religión Católica se unen y son una misma cosa para proteger y cuidar al enfermo y éste al débil y desamparado.
Si analizamos la ausencia del presidente enfermo desde la óptica de la gente de a pie, todo parece indicar que se está acostumbrado a la violencia, a la muerte, a la ausencia, y no le importa la enfermedad del presidente, porque tiene la enfermedad de la pobreza y de su entorno.
Por último, ¿cual es la realidad de Venezuela, de su gente?
No hay gobierno, está ausente. No hay autoridad, se nota en la calle. No hay inversión, los problemas se agudizan, la inseguridad, el alto costo de la vida, falta empleo productivo, los hospitales someten a los pacientes a largas esperas y los hacen pagar por exámenes médicos que -en caso de que los llamen- están vencidos tras esperar turno, las escuelas no están aptas para enseñar, la canasta básica es muy superior al salario mínimo, la infraestructura del país está colapsada por abandono… Entonces la responsabilidad de todo venezolano de a pie y con carro, es apreciar que en Venezuela puede y tiene que gobernar otro presidente que no sea Chávez. ¡Su ciclo terminó!
@cecisosag