¿Callamos lo que es evidente? Del amplio glosario que representa este hecho tan penoso y doloroso en muchos casos, para miles de mujeres no sólo en el ámbito territorial sino mundial
Para abordarlo, cualquier mujer daría su punto de vista y así, en la medida de lo posible, alertar de una manera real a otras que pudiesen estar involucradas en un hecho violento, el cual por ley activaría en ese instante el órgano jurisdiccional a través de la «Ley Prgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia». Y el Código Penal Venezolano. En mi condición de abogado, he tenido la oportunidad de escuchar serios casos de violencia contra la mujer; muchos no son resueltos y penados porque las víctimas tienen entre otras razones, miedo, vergüenza, o viven dentro de un estatus social que les impide expresar su aflicción, además. Además de la apariencia que deben guardar del resto de sus «iguales», para no verse envueltas en la oleada de comentarios que traería a su entorno; otro de los casos típicos es la amenaza que ejerce el hombre en dejar a la víctima en la calle si sospecha al menos de su denuncia. Es muy larga la lista de maltrato y violencia contra la mujer, cualquiera sea su situación económica o profesión, pero que ocurre cuando es entre mujeres, cuando una mujer es salvajemente golpeada por otra mujer, nadie puede escapar de una realidad de este tipo, triste verdad.
Muchos pueden ser los factores que han conllevado a crear una situación de esta magnitud, largo de enumerar y de estudios profundos para cualquier psicólogo o psiquiatra, pero hay que tomar en cuenta el medio en que esa mujer ha crecido, tal vez una familia disfuncional, padres divorciados, hijos fuera del matrimonio, en fin. Caemos en la generalidad, la palabra clave: falta de valores, pues como esbozara al principio, no tiene que ver el estatus social para caer en un estado de irrespeto, de desconfianza, de carencia de amor hacia la persona en sí y hacia su entorno; surgiendo otra pregunta: ¿Quién sanciona el daño físico cuando no se denuncia, acaso la sociedad lo vetaría o el entorno de la mujer agresora? Lamentablemente como en miles de casos, queda en el olvido, en la más absoluta impunidad y tal vez en la medida de lo posible la misma familia aplauda tan desquiciada conducta.
Los valores hay que rescatarlos y así para cualquier mujer debe privar una vida enmarcada en el respeto, el esmero en la crianza de los hijos, el trato cordial de la pareja; por lo que sé, la mujer agresora dista de llevar una familia enmarcada en el respeto mutuo, en una convivencia sana en su entorno familiar que lamentablemente pasa al comportamiento de los hijos, débiles jurídicos de este caos. Ayudemos a quienes están en esta situación, tal vez aún no distinguen su conducta.
