En uno de los sectores de Prados del Norte, perteneciente a la Parroquia Cují, sufren con los sinsabores del servicio de agua. Solo una o dos veces por semana, las familias de esta popular zona, reciben el vital líquido, resultando afectados los quehaceres de la casa. De hecho, hay hogares como el de la vecina Ana Torrealba, donde no llega el valioso mineral.
“A mi casa, no llega el agua, tengo que comprar un cisterna cada veinte días aproximadamente. Es realmente crítico, el suministro en nuestra comunidad, cada vez resulta más difícil almacenar un poco para llevar a cabo la limpieza de los domicilios, lavar la ropa, regar las plantas, entre otros compromisos propios de cada familia. Exhortamos a Hidrolara, a una revisión exhaustiva de los racionamientos, porque aquí sufrimos la peor parte”, dijo.
Aunado a los inconvenientes que surgen porque no sale nada de los grifos, están los gastos elevados en la compra de “pipas” (recipientes) a los camiones cisternas. Comprar por completo lo que trae la unidad del llenadero San Juan o Jacinto Lara, oscila entre 300 y 350 bolívares, un monto muy alto de costear para las humildes familias de la comunidad. Otros grupos familiares, en cambio, a través de bombas de presión, logran llenar algunos envases.
Vías desastrosas
Asimismo en el sector Los Naranjillos y demás etapas de Prados del Norte, es evidente el deplorable estado de la vialidad. Hace poco, en la avenida principal de la barriada, la hidrológica llevó a cabo una sustitución de tuberías de agua negras, sin embargo, después de realizar la obra, el asfalto quedó destrozado como generalmente ocurre en la mayoría de reparaciones ejecutadas por Hidrolara, al menos, así lo manifiestan los vecinos disgustados.
Carros particulares así como unidades del transporte público, sufren daños con el abandono de la capa asfáltica, es casi imposible realizar los recorridos, sin antes haber caído en los profundos huecos que caracterizan esta vía. En las noches, la realidad resulta peor, por cuanto las vías carecen de iluminación y, por lo tanto, se presentan fallas en la visibilidad de los conductores.
Los chóferes, en reiteradas oportunidades, han manifestado la problemática a la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica).
Foto: Edickson Durán
