El poder destructivo del Gobierno no se circunscribe a organizaciones, empresas y entes privados, que sin estudios realistas que concluyan con la necesidad de eliminarlos, porque al hacerlo se facilite la creación de nuevas organizaciones que mejoren y amplíen los buenos resultados, y eliminen las malas gestiones que pudieran haberse realizado. De igual manera se ha realizado ese tipo de eliminación dentro de la Administración Pública.
Como ejemplo de estas eliminaciones y sus perversos resultados podemos citar la eliminación real de la Dirección de Malariología y de sus Divisiones de Vivienda Rural, Acueductos Rurales, Ingeniería Sanitaria, Cloacas Rurales, Malaria y Aedes Aegiptis, Helmintiasis y otros. Ello originó la pérdida de más de 20.000 soluciones habitacionales, con todos sus Servicios Sanitarios, Eléctricos, y de Vialidad y Centros Comunales. Además del Servicio importantísimo de las Visitadoras Sociales con sus diversas enseñanzas, y el control de muchas enfermedades del medio rural. Adicionalmente, el ente promotor y constructor de viviendas, que históricamente construía mayor cantidad de viviendas, que se inició con el Banco Obrero y al final se convirtió en Inavi, también fue eliminado, con la consecuencia de la disminución de las viviendas construidas y la destrucción de la investigación y el acervo de conocimientos que se había acumulado en la organización en la elaboración y construcción de proyectos de viviendas; consiguiéndose así el desiderátum del Gobierno: menos productores y menos productos.
