La Cascada del Vino, uno de los principales atractivos turísticos existentes en el estado Lara, permaneció durante unos tres años con su única vía de acceso cortada, parcial o totalmente, debido a derrumbes en algunos de sus tramos, de acuerdo a entendidos en la materia, por falta de mantenimiento.
Como lo anunció El Impulso, la pasada semana, la gobernación larense recuperó la carretera para que nuevamente los turistas pudieran disfrutar del maravilloso atractivo natural que forma parte del Parque Nacional Dinira, ubicado en el municipio Morán y parte en Trujillo.
Ninguna ocasión fue tan propicia para esa reapertura como la Semana Santa pues, gracias a los días de asueto, familias enteras podían acudir a disfrutar del paisaje montañoso y de sus aguas.
Desde el pasado fin de semana comenzó la afluencia de temporadistas al parque donde la principal atracción es la caída de agua color vino tinto a un pozo donde pocos se resisten a ingresar cuando se acercan.
Pero ha sido durante Jueves y Viernes Santos cuando la llegada de temporadistas se incrementó al punto de observarse largas colas de vehículos ocupados por personas esperando turno para ingresar.
La lluvia que ha estado cayendo desde el jueves o el mal estado de la carretera hacia Barbacoas desde San Pedro o Humocaro no han sido impedimentos para las caravanas de vehículos de todo tipo cargados de mujeres, hombres y niños que acuden a reencontrarse con su cascada luego de lo que consideran una larga ausencia.
Una vez en el parque cada quien se acomoda como mejor pueda pues Inparques no cumplió con la tarea que le correspondía luego de que la gobernación recuperase la carretera.
Eso lo pudimos comprobar este jueves al observar que no existía ninguna comodidad para los visitantes pues los kioscos y hasta el cafetín que allí existían no fueron acondicionados por el organismo.
“Esto es muy bonito; lástima que no esté acondicionado para los visitantes pues ni servicios sanitarios existen por lo que uno tiene que ingeniárselas para pasarla lo mejor que pueda disfrutando de tanta belleza.
Por otra parte, quien no posea vehículo o prefiera dejar el suyo en la parte alta debe trasladarse a la cascada en mototaxis pagando diez bolívares para bajar o subir, igual que en los camiones 350 habilitados como transportes de pasajeros.
Muchos prefieren hacer el recorrido de casi dos kilómetros caminando, aunque el regreso no es nada halagador pues se debe subir una pendiente muy pronunciada no apta para todo tipo de persona.
Pero a pesar de las dificultades, del mal estado de la carretera hasta Barbacoas y de la lluvia, miles de personas de todas las edades y clases sociales han acudido esta Semana Santa, algunas para reencontrarse con el hermoso lugar y otras para conocerlo después de haber escuchado halagadores comentarios sobre la cascada y también de la quebrada que la alimenta, que cruza la principal arteria vial de la zona.
Indudablemente que con la reapertura del parque también se ha beneficiado la población por la afluencia de turistas deseosos de pasar unos días de tranquilidad, disfrutando de un agradable clima y de la amabilidad de su gente.