El papa Benedicto XVI inició este sábado la larga celebración de la vigilia pascual en la basílica San Pedro de Roma, marcando el principio de la fiesta de la resurrección de Cristo retransmitida en directo por numerosos canales de televisión a todo el mundo.
Tras la ritual bendición del fuego y la preparación del cirio pascual en el atrio, el Santo padre lo llevó a través de la enorme basílica sumida en la oscuridad, seguido por sacerdotes y obispos.
Transportado sobre una plataforma con ruedas, el sumo pontífice recorrió la larga nave central con el cirio en la mano. Al proclamarse el «Lumen Christi» («Luz de Cristo»), miles de velas se encendieron y se prendió la luz en toda la basílica, marcando el paso del mundo de la muerte y el pecado al de la verdad y la vida.
El Papa, que cumplirá 85 años el 16 de abril, lucía demacrado y serio.
El vicario de Cristo se disponía luego a administrar los tres sacramentos del bautismo, la confirmación y la primera comunión a ocho adultos –tres hombres y cinco mujeres– de nacionalidad alemana, italiana, albanesa, turkmena, norteamericana, eslovaca y camerunesa.