La fragua interna –en el buen sentido- que quemaba internamente las filas del Club Deportivo Lara para mantener en forma paralela la racha de partidos sin derrotas y el liderato del torneo Clausura, explotó el domingo en territorio oriental frente al Deportivo Anzoátegui, cuando se cayó por la mínima diferencia.
Se entregó el invicto, mas no el liderato, aunque ahora es compartido con Mineros de Guayana, con el handicap a favor de tener un partido menos, sin olvidar que Caracas FC también quiere entrar en la puja.
Al cuadro oriental, por su parte, la victoria le sirve para insuflar sus aspiraciones, más ahora cuando es tercero, a apenas un par de puntos de los líderes y con un partido menos.
Para el cuadro rojinegro, en cierta forma baja la presión de las tribunas, porque el aficionado daba cuenta de la seguidilla de partidos sin derrota. Ahora, la tarea es redoblar esfuerzos con un solo objetivo, el título del Clausura y, por ende, el absoluto.
Eso sí, el técnico Eduardo Saragó tendrá que recomponer en forma inmediata una línea defensiva que hizo aguas en la incursión por oriente. La baja del experimentado Juan Manuel Rey se presentó en mal momento. Se buscaron las fórmulas para paliar la situación, pero el resultado frente al Deportivo Anzoátegui, en cifras es diciente, una derrota, pero en el desempeño viene la preocupación, porque el accionar nunca fue el mismo, mientras que el rival, marró numerosas ocasiones de gol.
La dupla accidental de Marcelo Maidana y David McIntosh en el callejón central dejó dudas y, para refrendarlas, el gol de Javier López vino desde el punto penalti cuando la esférica prácticamente hacía contacto con la grama del coso oriental. Además los constantes bombazos de Rolando Escobar casi siempre conseguían las cabezas de sus compañeros de divisa.
“No hicimos un buen partido, creo que Anzoátegui fue netamente superior a nosotros, se nos ganó de una manera muy justa. Nos reprochamos un poco haber tomado el gol de la manera que lo hicimos, porque creo que más allá del gol, Anzoátegui tuvo ocasiones más claras que la misma del gol, en esa fallamos en la marca y es el segundo partido que recibimos gol así, por eso quedamos un poco desconcertados, pero hicimos un partido regular de muy bajo nivel tanto en lo individual como en lo colectivo”, reconoció en rueda de prensa posterior al partido el técnico Saragó.
También atrás, por la franja izquierda, el atacante anzoateguiense Robert Hernández rebasó prácticamente cuando y cómo quiso a sus marcadores, razones entonces para ver primero y concluir una horas después que fue angustiante lo vivido en la ciudad de Puerto La Cruz, que tuvo la certificación de un poco más de 14 mil aficionados que estuvieron en las tribunas.
Hay otras tareas inmediatas, porque tampoco hubo el enganche necesario, salvo contadas oportunidades, para lanzarle balones a Zamir Valoyes, punta de lanza del ataque larense. Arriba, Rafael Castellín, de gran veteranía y recursos en la protección del balón, desde antes del pitazo inicial ya había cedido terreno, porque José Manuel Rey, uno de sus surtidores desde atrás, en recurso muchas veces utilizado por el técnico Saragó, no estuvo en el partido.
Así, la más urgente de todas las tareas, en el afán de borrar rápidamente lo sucedido, es conseguir mañana en Maracaibo una victoria frente al Zulia, para trasvasarle la presión a los que vienen de abajo y encarar de otra forma el ansiado descanso de la semana mayor.