La Semana Santa conmemora los últimos acontecimientos de la vida de Jesucristo, quien entra en Jerusalén el Domingo de Ramos, cenó con sus discípulos por última vez el Jueves Santo, fue apresado, juzgado y condenado en la noche del jueves al viernes, crucificado el Viernes Santo, descansó en el sepulcro el Sábado Santo y resucitó la madrugada del domingo. La Iglesia católica presenta una gran riqueza teológica, espiritual y simbólica a través de la palabra de Dios y la liturgia que permite celebrar y revivir la entrega y la muerte del Hijo de Dios por amor a nosotros, además el poder de su resurrección, que nos recuerda la posibilidad de vivir eternamente junto a Dios.
Recuerdo y vivencia
Según fray Casiano Martínez, párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Consolación, de Barquisimeto, «en las celebraciones litúrgicas de estos días, sobre todo la misa, se hace presente y actual el núcleo y la fuerza de lo que entonces sucedió. No sólo lo recordamos, sino que lo vivimos».
La invitación es a participar de toda la riqueza de las celebraciones de este tiempo para expresar el amor y la fe al Señor en quien vivimos y fuimos salvados.
Procesiones
En el marco de la Semana Santa, en muchas parroquias de las Arquidiócesis de Barquisimeto, realizan las procesiones en las cuales se representa el sufrimiento del Hijo de Dios.
El Lunes Santo se hace la procesión con la imagen de la flagelación de Jesús atado en la columna, quien es despojado de sus vestidos y flagelado por los soldados.
Seguidamente el Martes Santo los creyentes sacan la imagen de humildad y paciencia, que recuerda a Jesús cuando se burlan de él, venden sus vestiduras y los soldados lo golpean y lo coronan con espinas burlándose del «rey de los judíos».
La procesión con la imagen del Nazareno, el Miércoles Santo, vestida de color morado, simboliza el dolor y sufrimiento del soberano del mundo, quien, con su rostro ensangrentado, conmueve a feligreses al recordar el dolor, la soledad y la angustia soportadas por Él.
En horas del ocaso del Jueves Santo, culminada la Eucaristía en unas parroquias, se preparan para la adoración del Santísimo Sacramento en el monumento que es un lugar especial adornado con flores y cirios en donde es colocada la hostia consagrada. En otros lugares, antes de colocar al Señor en el monumento, lo sacan en la custodia (recipiente sagrado donde se expone la hostia consagrada) por algunas calles de la parroquia eclesiástica.
Recogimiento y meditación
En la mañana del Viernes Santo se sigue adorando al Señor en el monumento, y en la tarde entre tres y cinco se conmemora la pasión del Señor en la cual se proclama los sufrimientos y dolores de Jesucristo según el evangelio de San Juan.
El Sábado Santo se recuerda los dolores de la madre de Dios, la Virgen María, quien sufrió en su alma todas las injusticias provenientes de la crueldad humana sufridas por su hijo. Este mismo, día en horas de la noche, se celebra la Vigilia Pascual, fiesta de las fiestas de la Iglesia católica. Se celebra la pascua, el paso de Jesús de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, de la condenación a la salvación. Es la primera celebración para conmemorar la resurrección del salvador de la humanidad y desde esta celebración en adelante se recuerda por cincuenta días, la resurrección de Cristo.
Día del Señor
El Domingo de Resurrección se celebra como el acontecimiento pascual, es el día del Señor. Este momento da sentido a todos los domingos del año. Recuerda el triunfo de quien vive eternamente. En algunas parroquias se cumple la procesión con la imagen de Jesús resucitado, actividad que ha sido aceptada por feligreses, pues es parte de una manifestación de fe en el Cristo muerto pero que ha vuelto a la vida y donde están puestas todas nuestras esperanzas.
Monseñor Antonio José López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, en entrevista para el IMPULSO, recomendó a los sacerdotes, diáconos y laicos que acompañarán a los fieles en las celebraciones de Semana Santa la procesión con la imagen de Jesús resucitado, el domingo, para dar testimonio de fe en la resurrección del Todopoderoso.
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