El gobierno que encabezan, desde 1999, los golpistas de 1992, es el más engañador de cuantos hemos tenido los venezolanos de todos los tiempos. Para edulcorar y «vender» sus monumentales mentiras, el régimen se ha valido de dos poderosos apalancamientos. Para darle cuerpo a sus insólitas embustes, utiliza el maquillaje de las cifras. Con éstas, a la vez, elabora cuadros, barras, «tortas», imágenes y hasta «submarinos», a objeto de impresionar a propios y extraños.
La otra palanca, de mayor poder aún, es la utilización de un sistema de medios de comunicación, al servicio exclusivo de la «revolución».
Para imprimirle mayor poder de penetración a dicho sistema, a éste ha incorporado, además de la hegemonía propagandística del Estado, todos los medios privados. Éstos últimos mediante cuñas gratuitas, día y noche, en radio y televisión. Y, para monopolizar todo ese poderío comunicacional, lo transforma en cadena nacional cada vez que se le antoja. ¡Un continuo bombardeo de mentiras!
Un solo ejemplo es más que suficiente para demostrar la gran capacidad que tiene el régimen para mentir y manipular. Propaga, nacional e internacionalmente, que ha reducido la pobreza a la mitad. ¡Cómo miente descaradamente!
Lo cierto es que, en vez de disminuir la pobreza, ésta se ha incrementado alarmantemente. Todas las familias que eran pobres en 1998, siguen siendo pobres.
Pero además, todos los que han nacido de madres pobres son tanto o más pobres que ellas. Y, para colmo, miles de familias de clase media han pasado a engrosar la pobreza ¡Y ningún caso se ha dado a la inversa!