En el año 2007, bajo la administración del gobernador Luis Reyes Reyes, se construyó un cajón de paso de tres celdas, que debía soportar el canal de servicio de la Avenida Intercomunal Cabudare-La Mora.
A juicio del ingeniero Manuel Cols Briceño, ex presidente de Fudeco, dicha infraestructura “fue un adefesio de la ingeniería, dado el cajón sólo contempla la cuarta parte de la luz del inmenso puente que tiene 15 metros y unos ocho metros de altura”.
Acotó que pese a que el cajón es de por sí un tapón en el recorrido del afluente natural, “de las tres celdas, tan sólo una está en pleno funcionamiento”.
-Que Dios agarre confesados a los vecinos de esta parte de Los Rastrojos, porque con sólo un tronco que se atraviese de forma diagonal u horizontal, como ha ocurrido con frecuencia en las quebradas del municipio, se formará una gran represa que acometerá irremediablemente contra las viviendas colindantes, apuntó.
Allí se retendrá un gran volumen de agua, prosiguió Cols, la cual buscará vías de escape, afectando también las bases ya socavadas del puente.
Nula inspección
Hizo un llamado al Ministerio del Ambiente y a la Alcaldía de Palavecino, “quienes están obligados a caminar las quebradas, inspeccionar todos los cajones de paso, así como el estado de los puentes”.
Subrayó que es imperativo despejar las celdas de ese cajón con maquinaria pesada y construir a cada lado de los taludes, muros de contención y gaviones para proteger las bases visiblemente afectadas por el abandono y la desidia.
Demolición urgente
Asimismo, Cols resaltó que otra de las obras que debe se ejecutada a la brevedad, es la demolición del referido cajón de paso, “porque no tiene otra función que crear un dique que pronto se convertirá en una peligrosa presa”.
-Las imágenes y lo que los medios de comunicación han visto en sólo esta porción pequeña de la quebrada habla por sí misma y da al traste las declaraciones del alcalde Richard Coroba cuando ha dicho que todas las quebradas están limpias.
Viven debajo del puente
Por otra parte, un vecino de la zona, narró que debajo del puente “existe un pequeño condominio de una 27 personas, entre ellos cinco mujeres. Todos consumen droga y arremeten contra los transeúntes”.
