Con mucho respeto y patriotismo tengo que hacer referencia a esta Asamblea, da vergüenza observar el desarrollo de la misma y, sobre todo, la actitud que asume el presidente, nombrado a dedo por el Ejecutivo nacional.
Cuando Soto Rojas fue elegido para dirigir los debates, algunos faltas de respeto le dijeron borracho, pero sí pude observar cómo trataba a los diputados que intervenían: supo respetar y fue respetado.
Ahora pude darme cuenta de que no todo el mundo sirve para ser árbitro en una discusión.
El nuevo presidente ha tomado una actitud vergonzosa, que lo que parece es un guapetón de barrio, no una persona que se ha formado en una institución militar.
En la reunión de ayer me dio pena ajena la actitud asumida por el presidente de la Asamblea al insultar a un diputado y de paso, no permitirle el derecho a réplica; y entonces yo pregunto: ¿El presidente de una Asamblea no tiene que ser neutral? ¿Qué pensaran los países que observan
estos acontecimiento?
La Asamblea no es para hacer política barata. La asamblea es para tratar asuntos muy serios, relacionado con todos los problemas que aquejan a la población, que los eligio para eso: para ser representados y para darle soluciones, no para que se inviten a darse piñas en la calle. ¿Sería por que fue embestido y no investido?
