900 alumnos desde educación inicial hasta quinto año de bachillerato se están viendo afectados por las debilidades de infraestructura que presenta el plantel educativo Pablo José Álvarez.
La prestada y deteriorada infraestructura está ubicada en la parroquia Concepción, en la calle 44 entre carreras 14 y 15 de la capital larense.
A pesar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha prohibido por riesgo de cáncer en la población los techos de asbestos, aún la biblioteca, el laboratorio y el comedor, mantienen este tipo de material.
En la unidad educativa donde en el pasado funcionó el Liceo Hernán Valera, desde hace 25 años reciben clases niños y jóvenes de diferentes sectores del oeste de la ciudad.
Muchas son las peticiones, gestiones y protestas que padres, representantes, docentes y directivos han emprendido ante instancias públicas en la búsqueda de lograr la adjudicación del terreno, propiedad de los padres Paules, pero no han tenido suerte.
En gobernación, alcaldía, Ministerio de Educación y Palacio de Miraflores, declara la profesora Raiza Verde, sub directora administrativa de la institución, reposan los oficios de la situación y falta de sede propia, sin embargo, nadie parece interesarse por resolver y garantizar el futuro de la población estudiantil que año a año se forma en ese plantel barquisimetano.
Necesidades
La mayoría de los estudiantes y personal docente coinciden en que cuando llueve, se moja más adentro que afuera.
Las tapas de acerolit de los salones parecieran haber cumplido su vida útil y el agua de lluvia inunda pisos y se filtra por las paredes de la vetusta infraestructura, incluyendo las oficinas de las áreas administrativas y laboratorios.
Suspensión de clases
La prolongada precipitación de este pasado miércoles dejó sus secuelas cuando por las filtraciones, los dos salones donde impartir clases de kinder se inundaron.
A los directivos y maestros no les quedó otra alternativa que suspender durante dos días las actividades en el área de preescolar, afectando a más de 100 pequeñines.
Otras carencias
El severo racionamiento de agua es otro serio problema que enfrentan quienes reciben clases o trabajan en el plantel.
Recientemente Hidrolara donó un hidroneumático para solventar en parte la debilidad, pero ahora falta que la sociedad de padres reúna lo necesario para la instalación y acondicionamiento del tanque subterráneo.
Los pisos de la mayoría de pasillos y aulas están desnivelados o reventados y las paredes presentan amplias grietas.
Igualmente requieren una batería de baños y la reparación de los urinarios existentes.
En las mañanas reciben clases los alumnos de primaria y en la tarde el bachillerato.
Fotos: Jairo Nieto