“Respondió Jesús: Te aseguro que hoy, en esta noche, antes
que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces”. Marcos 14:30.
Si los gallos cantan todo el día, ¿Por qué es importante la historia del gallo que cantó dos veces? La respuesta está inmediatamente a nuestro título: Porque el Apóstol Pedro, uno de los doce discípulos, negaría a Jesús, a su Maestro, antes del amanecer del día de la crucifixión. El énfasis en el número de veces que cataría el gallo, es porque los otros evangelios: Mateo (26:34,75); Lucas (22:61); y Juan (13:38), no señalan directamente las veces que iba a cantar el gallo antes de esa negación y muchos se confunden o no entienden la pequeña profecía que realizó Jesús, el Hijo de Dios.
Para los judíos, y todos los que creemos en el reloj solar, el día jueves, después que se oculta el sol, ya es viernes, y fue cuando realizaron el “feroz” arresto del Señor. A propósito de la profecía, ¿será que todos los gallos cantan antes del amanecer? En la página web, “planetacurioso.com”, responden: “Antes de que salga el sol, se oye, sea lejos o cerca, el canto de un gallo, todo un estereotipo como despertador por las mañanas, tanto que cuando se nos hace tarde decimos: “… es que se me durmió el gallo”.
Y agregan: “todo esto tiene que ver con su honor. Puesto que los gallos quieren demostrar su autoridad o poder dentro de su territorio y enviarle mensajes a las gallinas… al final prevalece el más fuerte”. Es una lástima y valga la comparación, que Pedro haya sostenido que el era el más fuerte de todos los discípulos; dijo que si era necesario “moriría” con el Maestro y siempre lo negó.
Dado el tema del canto del gallo, encontramos en la recopilación de Martínez Terrero, J., (1978), uno de los llamados “himnos nacionales” de nuestro país, la canción titulada: “Venezuela Habla Cantando”, de Conny Méndez y en la segunda estrofa dice: “Se oye cantar un gallito en el corá ´e la vecina, // y ya saben los que duermen que la aurora se aproxima… (Cancionero Musical Venezolano, p.14).
Es evidente, que en esta canción se plasma que los gallos anuncian el amanecer y tal vez para Jesús, fue una noche de mucho sufrimiento, pero peor para el discípulo, por su presunta ‘suficiencia propia’, que estaban en “tela de juicio”. Por ello, Jesús utilizó a un gallo específico como un reloj; como una referencia profética, y dijo que antes del amanecer el gallo cantaría dos veces y Pedro le negaría tres veces.
El gallo, según la wikipedia, es una subespecie doméstica de ave del género Gallus perteneciente a la familia Phasianidae. Su nombre común es gallo para el macho y gallina para la hembra. Tal vez, sea el ave más numerosa del planeta, pues se calcula que supera los 13.000 millones de ejemplares”.
Aunque, no conocemos la proporción de gallos existente cuando Jesús realizó la profecía de Pedro y el gallo, siempre el animalito cantó dos veces; por su puesto, formó parte de la creación divina y acaba con el mito: “¿quién fue primero, si el huevo o la gallina?” Fue la pareja de Gallus gallus, a quien Dios creó, igual que con los otros animales y toda la vida, por más de 6.000 años, ésta ave, hasta conocida entre los egipcios, ha usado un sonido onomatopéllico como quien dice: “quiquiriquí” o “kikirikí” y se escucha a lo lejos y Jesús, no se equivocó en su profecía.
El planteamiento de Cristo, según los Evangelios, fue directo y sencillo. Mateo lo relata así: “Entonces Jesús les dice: Todos vosotros os escandalizaréis de mí en esta noche. Porque escrito está: “Heriré al Pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán” (ver Zacarías 13:7). Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Pedro respondió: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro declaró: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré». Y todos los discípulos dijeron lo mismo” (Mateo 26:31-35).
Por su parte, Lucas presenta la situación con esta palabras: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo. Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte. Y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. El le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo aun a la cárcel y a la muerte. Jesús respondió: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces” (Lucas 22:31-34).
Así ocurrió, Pedro negó tres veces a Jesús y hasta en una de esas, “maldijo y juró” (en vano) (Marcos 14:71); al darse cuenta de lo que había hecho, “lloró amargamente”. Sin embargo, recordó que Cristo iba a rogar por él para que su fe no faltara; casi todos los discípulos “fueron dispersos”; el Hijo de Dios, prácticamente quedó sin discípulos ante la cruz, pero, de ahí en adelante entendieron y conocieron completamente a Jesús y todas las profecías.
Bien lo dijo el Apóstol Pablo: “Así, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha venido ninguna tentación, sino humana. Pero Dios es fiel, y no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir. Antes, junto con la tentación os dará también la salida, para que podáis soportar” (1ª Corintios 10:12,13).
Eso es lo que hace Jesucristo con nosotros, aunque le neguemos, aunque seamos prepotentes, está rogando por nosotros. El esperaría que ninguno lo neguemos y desde el cielo, quiere ayudarnos en todo, hasta que decidamos amarle y seguirle, antes de su pronto regreso.