Resulta muy frecuente que los padres cuando ven que a sus hijos les cuesta dormir por las noches creen que la mejor opción es eliminar la siesta de la rutina infantil. Pero, probablemente no sepan que ésta no es la mejor opción para sus pequeños. Durante los primeros cinco años de vida, este hábito les ofrece numerosos beneficios en el desarrollo del pequeño. Le permite estar más tranquilo, menos irritable, más sociable, más atento y aprende mejor
Es muy difícil encontrar un bebé al que no le guste dormir después de comer o después de una jornada de mucha actividad. Los expertos insisten que el sueño de los niños es tan importante como su alimentación. Al dormir, los niños reponen energías y relajan al mismo tiempo. El hábito de «la siesta» es fundamental para su desarrollo. Por esta razón, los padres deben insistir a que sus hijos duerman la siesta por lo menos, según los expertos, en los cinco primeros años de vida.
Asimismo, muchos son los estudios que avalan que dormir la siesta ayuda a mejorar la memoria, en el caso de los niños les permite asimilar toda la información que reciben de su entorno, retienen mejor lo que se les enseña y les cuesta menos comprenderlo.
Es cierto que cada bebé y niño es un mundo, algunos necesitará más horas de sueño y otros menos, incluso, podemos hablar de siestas cortas, por ello, aquí les presentamos una tabla de orientación que muchos pediatras recomiendan a las madres para que sepan cuánto debe dormir un bebé según su edad.
Horas de siesta recomendadas por pediatras según edad:
– 1 mes: Ocho siestas
– 4 meses: Cuatro siestas (entre cuatro o seis horas de sueño)
– 6 meses: Tres siestas (entre tres o cuatro horas de sueño)
– 9 meses: Dos siestas
– 12 meses – 1 año: Una o dos siestas
– 24 meses – 2 años: Una siesta (entre una o dos horas)
