El Papa Benedicto XVI llegó a la capital cubana en su segundo día de estancia en Cuba. El Santo Padre aterrizó en el aeropuerto Jose Martí. Durante la mañana, en Santiago de Cuba, oró por el futuro de la isla, que está en camino de «renovación».
El Santo Padre se encontrará con el presidente cubano Raúl Castro.
Pero hasta ahora no se ha confirmado si el ex presidente Fidel Castro asistirá a algunos de los actos que celebre el Pontífice en La Habana o si va a acudir a alguna reunión con funcionarios del gobierno.
El Vaticano tampoco ha confirmado si el Papa va a ver al presidente de Venezuela Hugo Chávez, quien llegó al borde de la medianoche del sábado pasado para iniciar una ronda de radioterapia tras su operación en febrero de un tumor canceroso.
Más temprano:
El papa Benedicto XVI tendrá este martes la jornada más política de su viaje a Cuba, en la que mantendrá un encuentro con el presidente Raúl Castro en el Palacio de la Revolución en La Habana, y tal vez con su hermano Fidel.
El pontífice visitó el martes en la mañana el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad en El Cobre, a 30 km de Santiago, donde suplicó a la patrona de Cuba por los cubanos «privados de libertad» y rogó para que este país avance «por caminos de renovación y esperanza».
También oró por el vecino pueblo de Haití, que todavía sufre padecimientos por el terremoto de hace dos años, antes de partir en avión hacia la capital.
En el Palacio de la Revolución, centro del poder comunista, lo espera Raúl Castro, con quien debe abordar el estado de las relaciones entre el gobierno y una Iglesia convertida en interlocutor político privilegiado y muy activa en el terreno social, 14 años después de la histórica visita de Juan Pablo II.
Raúl Castro estuvo presente en primera fila en la misa campal de Santiago de Cuba el lunes
Pero la expectativa está puesta sobre un posible y breve encuentro entre Joseph Ratzinger y el padre de la revolución cubana, Fidel Castro, de 85 años, retirado del poder desde 2006. Aunque el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, advirtió prudentemente el martes en la noche que «no se sabe si sí, ni dónde» podría tener lugar, la reunión parece probable.
Ex alumno de los jesuitas, Fidel Castro, que ha expresado su admiración por Juan Pablo II, manifestó su deseo de reunirse con Benedicto XVI y el Vaticano manifestó la disponibilidad del pontífice.
Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 1981 a 2005, Joseph Ratzinger combatió a la «Teología de la liberación», que proclamó «la opción preferencial por los pobres» y fue acusada de estar influenciada por el marxismo. Algunos sacerdotes y muchos laicos apoyaron e incluso se integraron en la segunda mitad del siglo pasado a las guerrillas izquierdistas aliadas de La Habana.
Durante su conferencia de prensa en el avión que le condujo del Vaticano a México, el papa alemán dijo que Juan Pablo II «estaba en la misma línea, y aún más, rechazando los medios violentos y el marxismo». Tenía un «antimarxismo visceral», precisó.
Las especulaciones también crecen sobre la posible presencia en esa cita del muy creyente presidente venezolano, Hugo Chávez, quien se trata de un cáncer en estos días en Cuba. Sin embargo, ninguna solicitud de audiencia ha sido formulada a la delegación del Papa, según el portavoz del Vaticano.
Aunque no hay ninguna reunión prevista entre el pontífice y la disidencia, su presencia en la isla eleva la temperatura en la oposición, y la Iglesia tomó distancia de las protestas más fuertes.
El Papa ruega a la Virgen de la Caridad por los cubanos “privados de libertad”
Suplicó este martes a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, por los cubanos “privados de libertad”, rogándole que este país avance “por caminos de renovación y esperanza” en el futuro y también oró por el vecino pueblo de Haití.
El Papa dijo que ha “suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad”, al finalizar su visita esta mañana al Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, el más importante de la isla, donde se venera a la Virgen, muy popular entre los cubanos.
“He venido como peregrino hasta la casa de la bendita imagen de Nuestra Señora de la Caridad, ‘la Mambisa’, como ustedes la invocan afectuosamente”, dijo el pontífice ante cientos de fieles congregados fuera de la Basílica Menor de El Cobre.
Pidió a la virgen para que los jóvenes “no sucumban a propuestas que dejan la tristeza tras de sí”, en alusión a la droga, el hedonismo, la prostitución y la permisividad sexual, que la Iglesia condena.
Evocó ante María a “los cubanos descendientes de aquellos que llegaron aquí desde África”.
También hizo un ruego especial por “la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias del conocido terremoto de hace dos años”.