Ruta de Barro – Frente al Mar

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Como en los Funerales de Mama Grande vinieron de todas partes, del Sur del Lago y de las Selvas profundas de Guasipati, de las Sabanas del Miedo por donde baja el Bongo de rio arriba hasta las soledades del Cardenal Coreano donde el diablo cumple penitencia alejando nubes y chupando alquitran, del Frio doblado sobre el Piñal hasta las vecindades del naranjo y del azúcar.
De todas partes vinieron y de todas partes trajeron sus historias a Carora, Hombres y mujeres de piel curtida y ojos de mirar lejos para descifrar el clima según las señas de los cielos. Allí estaban cuatrocientos entre ganaderos, veterinarios, empresarios, de todas partes y diversa condición económica pero todos comprometidos con la Raza Carora como esperanza lechera.
Fueron las Jornadas de Producción de ASOCRICA Franco Mario Cerutti en homenaje a Adolfo Álvarez y allí se congregaron venezolanos de todas las latitudes para conocer por boca de especialistas los avances tecnológicos en el manejo de los rebaños lecheros.
Cuando usted vaya a Boca de Aroa, del lado contrario a la playa, por una carretera que siempre figura ser una trocha para mulas o arreo antiguo de burros, por allí estamos nosotros. Se sentaron a mi lado luego de mover la mesa hacia las sombras…Lo conocemos pero usted no sabe quiénes somos nosotros…Lo hemos visto por internet y también por internet supimos de estas jornadas y estamos aprendiendo mucho.
a carretera casi todo el tiempo es un solo barrial, desde nuestras fincas hasta la vía pavimentada. La transitamos prácticamente a puro tractor y porque la conocemos, uno que no sea de por allí con toda seguridad cae en un hueco o se encuneta. Nosotros tenemos básicamente ganado cebú, blanco y bravo, de nada embisten y más de uno al darle la espalda a una vaca parida ha parado en un hospital con las costillas rotas.
Las tierras son muy buenas, tenemos pastos de alto nivel calórico y proteínico pero ahora queremos mestizar con Raza Carora para amansar al cebú arisco y así poder manejarlo con mas rentabilidad y menos desgaste de nuestros empleados que ya están algo cansados de bregar con animales de tal mal carácter. Además nos interesa producir más leche para tener ganancias diarias y no esperar meses para ver plata en el matadero.
La conversación se hizo amistosa y los esforzados ganaderos de Boca de Aroa contaron aspectos cotidianos de sus sistema de producción y los lazos solidarios que han establecido con su personal obrero, al cual tratan como si pertenecieran a su familia..” En su gran mayoría los productores que estamos a las orillas de esa carretera de barro somos pequeños o medianos y nuestro rango está entre los cien y trescientos animales por finca. Como tenemos pocas cabezas nos redondeamos con algunos cultivos estacionales y por ello nuestras jornadas de trabajo son de sol a sol. Nosotros somos también mano de obra, echamos machete, pasamos rastrillo, curamos casqueras, sacamos gusanos, y cuando es la hora de la comida nos sentamos al lado de nuestros trabajadores y comemos lo mismo que ellos comen. Por eso no entendemos eso que dicen algunos que somos unos explotadores y oligarcas que llegamos a nuestras tierras montados en una avioneta.”

ero no obstante tener un manejo rudimentario de sus predios, no contar con una vía de acceso apropiada, manejarse en escalas económicas modestas, ellos están conectados a Internet, están informados sobre el avance de nuevas tecnologías y con base a esta información quieren adentrarse en nuevas experiencias genéticas y gerenciales.
Pero el ejemplo de los ganaderos de Boca de Aroa que llegan a sus fincas por una ruta de barro montados en tractores es un ejemplo que expresa las condiciones de trabajo de una gran mayoría de nuestros productores rurales, incluidos los ganaderos de leche. Lo que pasa  con los ganaderos de Boca de Aroa pasa con los de Picoegallo y su Tigra, con los de mas allá de la otra banda y las quebradas del cerro La Bomba, pasa con los de Guasipati quienes deben atravesar bosques y ríos para llegar a sus haciendas, pasa con los del Táchira y sus caminos sobre pendientes de vértigo, pasa con los de Monagas y Barinas quienes deben ellos mismos arreglar sus vías de penetración. Pasa con todos los ganaderos de Venezuela y a pesar de ellos se mantienen trabajando y produciendo, a pesar de los secuestros, de las expropiaciones, de las invasiones, a pesar de muchos etcéteras se mantienen dándole y dándole. Una explicación a este tesón la da el doctor Leonardo Borregini y la repite en su apoyo Diego Lozada…”Es que los ganaderos somos enfermos mentales. Nos hacen de todo para que abandonemos el trabajo y nosotros seguimos y seguimos”.
Eso mismo pudieran decir los amigos de Boca de Aroa, no tienen carretera, trabajan con las uñas, el Alcalde los trata como oligarcas despiadados, las vacas al menor descuido los embisten, las inundaciones todos los años les matan un poco de animales y aun siguen y siguen. Rutas de Barro, rutas de miedo, rutas de inseguridad, rutas de incertidumbre y por allí transitan todos los días de todos los años los ganaderos venezolanos y no es que sean enfermos mentales, simplemente que aman lo que hacen y por ello luchan todos los días de todos los años, defendiendo el único activo que les queda, la

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