Objetivo… ¡Venezuela!

La primera década del siglo XXI, nuestro país ha estado inmerso en cambios políticos intensos, lo cual no impresiona a nadie, pero ha sido determinante para la cultura política de la sociedad, un país agotado, mermado, disminuido es lo que se vive actualmente en nuestra nación.
Directa e indirectamente todos los integrantes de esta sociedad, inmiscuidos en lo que se llama la transformación que contempla el presidente y sus lacayos, que bajo mi punto de vista es una involución, un retroceso total que ya traspasa el siglo con un plan de gobierno fracasado, una ideología estólida y una vaga idea que se vende por el partido de gobierno de que las cosas están mejores que en la época de la muy renombrada, por no decirle trillada, Cuarta República.
Es muy fácil echar la culpa a alguien para no asumir responsabilidades. Lo mismo acontece en esta situación, que tanto critican a la Cuarta República y sus garrafales desaciertos, si se cometen los mismos errores, o peor aún, caen en viles situaciones a las ya vividas, y no es por defender, sino que la preocupación inmediata debería ser el futuro y el desarrollo, que quedar atascados comparando decisiones de gobierno actuales, con las de hace 50 años, da pena ajena esta situación, ya que no se cumple la visión que se debería tener y estoy seguro que muchos jóvenes deben pensar así.
Hay que conocer el pasado, para estar firme en el presente y tener visión en el futuro.
Obviamente nadie es perfecto, pero los mandatarios tienen que llenar ese plus para dar el ejemplo, en teoría deben ser personas rectas, de alta moralidad y por sobre todo honestidad, algo que en este país y en muchos otros no se ha cumplido, pero este batió el récord, no por lo bueno, sino por lo recalcitrante que han sido estas figuras en su labor como máxima autoridad, manejando a su antojo y como si fuera una bodega Venezuela, y que en las ultimas de cambio han llegado a causar aversión en las masas, una antipatía generalizada que pide cambio,  solución real a sus problemas y celeridad para los mismos.
Más allá de una crítica, quiero que esto sea punto de reflexión, 13 años han pasado y el retroceso atraviesa más de lo que uno se imagina, muchos jóvenes no hemos conocido otra cosa que el actual presidente de la república, ya es hora de un cambio, el 7 de octubre será una fecha histórica para todos, muchos la han comparado con la generación del 28, pero ahora es el turno de nosotros, de marcar la pauta en la historia de Venezuela, de no ser misántropo y de trabajar abiertamente con las comunidades, el llamado a los jóvenes es primordial, así no les guste la política, les de asco, le da igual, o cualquier otra razón, a todos nos gusta Venezuela, debemos ser patriotas, tener sentido de pertenencia, y por eso el objetivo es Venezuela, no un partido político ni mucho menos un candidato, esto es más que un simple compromiso, el destino nos pertenece, vamos a cumplirlo y generar espacios para todos, una oportunidad única para el verdadero desarrollo, ya es hora de despertar del letargo, somos la generación del 7 de octubre de 2012, cuando el objetivo es Venezuela.