María es una joven trabajadora, madre soltera de dos pequeños que no superan los diez años de edad. Ella vive en el sector Las Casitas en la vía que conduce hacia Duaca, en el municipio Crespo.
Todos los días debe levantarse muy temprano para alistar la comida del día, arreglar a los pequeños que van a un plantel educativo relativamente cerca de su casa, pero una vez al mes ella debe trasnocharse para poder estar a tiempo en el Hospital «Dr. Pastor Oropeza» del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, donde le suministran el tratamiento oncológico que debe cumplir.
Hace un año le diagnosticaron una lesión oncológica por lo que debe recibir quimioterapia. Gracias a Dios que está asegurada porque los medicamentos que debe recibir son de alto costo y el salario mínimo que percibe no le alcanzaría para cubrir el tratamiento médico especializado.
Cuando María decide venir a este centro médico asistencial situado en la prolongación de la avenida La Salle, al oeste de la ciudad para retirar el tratamiento, recorre unos cuanto kilómetros desde horas de la madrugada para llegar a tiempo y tomar uno de los cincuenta números que son repartidos a diario en la farmacia hospitalaria, de lunes a viernes. La atención de los pacientes comienza a partir de las siete de la mañana.
-Llegué a las cuatro de la mañana y ya había gente a las puertas del estacionamiento del hospital, esperando que a las seis abran la puerta del establecimiento para dirigirnos hacia la farmacia hospitalaria.
Si por alguna circunstancia la persona que contrató para que le hiciera el servicio de transporte para que la trajera al hospital llega alrededor de las siete de la mañana, corre el riego que no consiga número porque ya se han agotado y debe disponer de otro día para realizar la gestión médica.
Afortunadamente las personas son solidarias y van corriendo la voz de cuántas personas anteceden a las que van llegando y no saben cómo es el procedimiento una voz alerta que debe anotarse, que debe tener los papeles en regla, tomar un número y esperar que lo llamen.
-Aquí vienen pacientes que padecen diferentes enfermedades que se levantan pasadas la medianoche y ya a las tres de la mañana están a la puerta de hospital, a la espera de que abran la puerta del establecimiento médico asistencial para tomar los primeros números y salir temprano, corriendo el riesgo de que nos asalten y perdamos la vida, porque para nadie es un secreto que el estado Lara se ha vuelto sumamente peligroso por la inseguridad en la que vivimos. A medida que van llegando se va corriendo la voz de cómo irá ordenada la lista de espera.
También las personas corren el riesgo que un medicamento escasee y que al momento de solicitarlo no lo tengan en depósito en la farmacia hospitalaria, por lo que deben volver otro día para ver si tienen suerte.
Así como María muchos otros enfermos que residen en el resto de los municipios del estado Lara, deben trasladarse bien sea a este centro médico asistencial, al centro ambulatorio urbano «Dr. Rafael Vicente Andrade» que está ubicado en la parroquia Unión o al Centro Médico de la 50 «Dr. Juan Daza Pereira», para retirar sus respectivos tratamientos médicos.
Usted observa que la mayoría de los pacientes esperan de pie en las cercanías de la farmacia, porque se dispone de pocas sillas para esperar cómodamente.
En la espera del turno para ser atendido comienza el intercambio de palabras entre los pacientes, entran en confianza y a medida que pasa el tiempo mutuamente se enteran de la patología que padecen, dónde viven, así como las vicisitudes que viven cuando les toca retirar medicamentos por el hecho de los gastos adicionales que genera acudir a un centro médico asistencial retirado de su entorno, ya que deben contratar un transporte para el traslado, tanto ida como de vuelta, así como tomar un cafecito que no baja de 2,50 bolívares y si acaso una arepa o empanada. A esto se suma que casi siempre el paciente acude acompañado de un familiar, más el hielo que debe adquirir para conservar el medicamento. Todos portan una pequeña cava, unos de anime y otro de material más resistente y duradero para depositar el medicamento que posteriormente se administrarán, con el fin de que éste no pierda la cadena de frío y se dañe.
Los pacientes que reciben medicamentos de altos riesgo (con diabetes, con alguna patología oncológica, renal y otras) que son asegurados pero que son tratados en otros centros deben presentar la planilla (formato), copia del informe médico, copia del récipe, cédula de identidad y tarjeta de servicios del IVSS para poder recibir el tratamiento. Hay casos en que el paciente debe ser visto por un especialista del hospital para ordenar el retiro del medicamento.
Si el paciente aún trabaja porque su condición de salud se lo permite deberá disponer al menos de medio día para realizar esta diligencia, ya que de lo contrario es imposible que pueda cumplir con su cometido
En el CARVA reparten 70 números
Al ser consultada la doctora Isabel Escalona, directora del Centro Ambulatorio «Dr. Rafael Vicente Andrade», manifestó que en la farmacia del establecimiento asistencial bajo su responsabilidad se reparten setenta números para los pacientes que requieren medicamentos de alto costo, de lunes a jueves a partir de las siete de la mañana.
-A los beneficiarios se les dice que no madruguen, que no tienen necesidad de venir tan temprano porque se reparten los números a todos aquellos que estén presentes, por estricto orden de llegada. A tal efecto un vigilante con un supervisor verifica que la normativa se cumpla, porque anteriormente se anotaban en una lista, se iban y luego regresaban, en otros casos vendían los puestos. Tenemos el servicio de servi-turno mediante el cual se observa que a medida que van llegando los pacientes van retirando el número que les corresponde y en ese mismo orden se les entrega los medicamentos. Por supuesto, que hay excepciones, se da el caso de un paciente oncológico que requiere el medicamento para ser administrado de inmediato y se agotaron los números o no llegó a la hora establecida, la dirección considera el caso, de inmediato autoriza para que le entreguen sus medicinas.
Apuntó la doctora Escalona que viene gente de todos los municipios larenses y de los estados vecinos, cuando por alguna circunstancia no se consigue el medicamento en la farmacia que les corresponde.
800 pacientes se atienden en el Hospital Pastor Oropeza
También consultamos con la doctora Linda Amaro, directora del Hospital General «Dr. Pastor Oropeza» del IVSS, quien informó que de acuerdo al registro que lleva ese centro hospitalario están registrados ochocientos pacientes, quienes presentan diferentes patologías y ameritan medicinas de alto costo.
Al ser inquirida a que estos pacientes madrugan para ir al establecimiento médico-asistencial, expresó que aun cuando el IVSS garantiza la entrega de este tipo de medicamentos, es una situación que no han podido solventar porque se les dice que no hay necesidad de estar muy temprano y hacen caso omiso, no hay forma ni manera de entender.
-Desde el primer momento que se le ordena el tratamiento a un paciente y éste acude al Hospital Pastor Oropeza, cumple con todos los requisitos que se le exigen, se le abre su historia, no tiene por qué amanecer en el centro, anotarse en una lista y esperar que la farmacia abra sus puertas. No sabemos por qué se vienen a las tres de la mañana. Es la idiosincrasia del venezolano y con eso no hemos podido acabar. Ellos piensan que si no vienen muy temprano no recibirán el tratamiento indicado. Por el contrario, los medicamentos de alto costo están garantizados a todos estos pacientes, aparte de que se les asigna fecha para su entrega.
Agregó que los medicamentos son entregados tanto en el horario de la mañana como de la tarde.
A esta entrega se suman los pacientes que reciben medicinas para otras patologías y los requeridos por los pacientes que son intervenidos en el hospital.
1.200 pacientes mensuales
Por su parte la doctora Noris Villalonga, directora del Centro Ambulatorio “Dr. Juan Daza Pereira”, popularmente conocido como el Centro Médico de la 50, al ser consultada en torno al mecanismo instrumentado para la entrega de medicamentos de alto costo, manifestó que se reparten diariamente, de lunes a jueves, entre 60 y 80 números en el turno de la mañana, destinados a los pacientes oncológicos. Mientras tanto, en el turno de la tarde son atendidos veinticinco personas, entre los trasplantados renales, hepático y de corazón y los insulino-dependientes
-Inclusive atendemos los casos referidos del SAO, de los Hospitales “Dr. Luis Gómez López”, “Dr. Antonio María Pineda” y Pediátrico Universitario “Dr. Agustín Zubillaga”, a los que hay que agregarle los referidos de las consultas privadas.
Los días viernes se atienden solo a los pacientes con síndrome de Hunter (Mucopolisasacaridosis). Con esta patología atienden infantes de Acarigua, Cojedes, Yaracuy y Lara.
La doctora Villalonga no dejó pasar por alto el caso de los pacientes de las consultas privadas de reumatología, cuyos médicos tratantes no le llenan el formulario exigido para tal fin.
Hizo del conocimiento de los pacientes que necesitan medicamentos de alto costo, que no tienen por qué madrugar, ya que sus medicamentos están garantizados.
-Aquellos que se les imposibilita retirar personalmente sus medicamentos, si un familiar viene con la autorización firmada y con los papeles en regla, no hay ningún problema en suministrárselos.
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