Dos personas fallecieron el pasado martes en el estado mexicano de Guerrero (sur) como consecuencia del fuerte sismo que sacudió parte del sur y del centro del país, uno por un infarto y otro por el impacto de un muro, informó el jueves el gobernador, Ángel Aguirre.
“Se registraron dos pérdidas humanas” en el municipio de Cuajinicuilapa, muy cercano al epicentro del terremoto, “uno en la comunidad de San Nicolás Maldonado, que sufrió un paro cardíaco y el otro en la comunidad de El Tamale, al que le cayó una barda”, afirmó Aguirre a la prensa.
Además, el mandatario estatal reveló que, de las 30.000 viviendas dañadas por el temblor que había anunciado el miércoles, 10.000 quedaron destruidas, aunque miembros de su equipo de gobierno sostuvieron que todavía están esperando información de otros puntos del estado sobre los deterioros en las casas.
“Se debe apoyar a 10.000 familias para la reconstrucción total de sus viviendas, en 20.100 habrá trabajos de reforzamiento”, sostuvo.
En Guerrero se localizó el epicentro del terremoto de magnitud 7,4 momento que sacudió el martes buena parte del sur y el centro de México, incluida la capital del país, dejando además de los dos fallecidos 13 personas heridas y más de 32.000 viviendas afectadas.
Se trató el movimiento telúrico más fuerte que sufre el país desde el devastador temblor de 1985, que dejó más de 5.000 edificios colapsados y más de 6.000 muertos, según cifras oficiales, aunque ONGs aseguraron que fueron 30.000.
Desde el martes, se han sucedido decenas de réplicas de diversa intensidad, muchas de ellas imperceptibles para la población.
Una de las más fuertes tuvo lugar este jueves, con una magnitud de 5,2 grados en la escala Richter, que provocó que muchos edificios altos del centro de la Ciudad de México fueran evacuados nuevamente.