La visita del papa Benedicto XVI a Cuba, del 26 al 28 de marzo, impulsará el camino «hacia la democracia» y abrirá «nuevos espacios» para la Iglesia católica, que descarta toda instrumentalización política de la gira, según el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
«Después de la visita de Juan Pablo II a la isla en 1998 con su famoso mensaje ‘que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba’, la Iglesia católica ha dado pasos hacia la libertad religiosa y se ha reforzado el diálogo y la cooperación entre la Iglesia y el Estado», aseguró Bertone la víspera del viaje papal de seis días a México y Cuba.
El purpurado italiano, salesiano de formación y Secretario de Estado desde 2006, concedió una inédita entrevista al diario italiano La Stampa, en la que analiza varios aspectos de la ‘política exterior’ de la Santa Sede y cuenta también que presentó en el 2009 su renuncia al cumplir 75 años como obliga la norma, la cual no fue aceptada por el pontífice.
«El Papa es mi estrella polar, le soy rigurosamente fiel y devoto», dijo.
La entrevista fue concedida un día antes de que el Papa parta para un viaje religioso pero también político y que incluye una etapa de tres días en México seguida de otros tres días a Cuba.
«Catorce años después (de la visita de Juan Pablo II) y tras las visitas de diferentes exponentes de la Iglesia católica, no hay duda de que la visita del papa Benedicto XVI ayudará el proceso de desarrollo hacia la democracia y abrirá nuevos espacios de presencia y actividad», reconoció Bertone.
El purpurado, considerado la mano derecha del pontífice, quien en los últimos meses ha sido blanco de duras críticas por la gestión interna de los asuntos de la Iglesia, es el artífice del delicado viaje a Cuba, isla que visitó personalmente en el 2008.
«No creo que la visita sea instrumentalizada por el gobierno. Es más, creo que el gobierno y el pueblo cubano harán el máximo esfuerzo para acoger al Papa y manifestarle su estima y confianza como jefe de la Iglesia católica», explicó Bertone.
El cardenal reconoció que aún existen muchos problemas por resolver entre la Iglesia local y el régimen comunista, aunque «ya existe una concreta posibilidad de formar a los candidatos al sacerdocio», dijo.
«El problema de la escuela y de las instituciones eclesiásticas aún está por enfrontar y resolver», recalcó.
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