“Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven Virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La Virgen se llamaba María”, Lucas, capítulo uno, versículo 26 y 27.
Gozo espiritual. Con la presencia de la Divina Pastora, patrona de los larenses, en la parroquia María Auxiliadora, ubicada en la urbanización Los Cardones, al este de Barquisimeto, se vivió una sincera alegría en torno a la Madre de Dios. Ayer, a las 9.00 de la mañana, fue la misa de despedida y, a lo largo de la celebración eucarística, fue centrada la atención en el amor que desborda Dios a través de la Santísima Virgen.
El sacerdote Juan Ignacio Franceschi, párroco, reflexionó acerca del Evangelio, tomado del libro de San Juan, a propósito de la vida eterna, planteando que “seremos juzgados en el amor; se nos preguntará ¿cuánto amaste? Y precisamente en María, encontramos un modelo de vida digno de imitar”. Comparó además el amor del Omniponente, con los cuidados y afectos de una mamá, exhortando a una relación más cercana con el Todopoderoso.
María, dijo el padre Franceschi, refleja el amor de Dios. Su belleza externa, es el resultado de la bondad que hay en su corazón. ¿Una prueba? La fiel intercesión ante su hijo Jesús, en atender las peticiones de los creyentes. Mientras transcurría la eucaristía, enfermos y demás devotos, se refugiaron en la Inmaculada, con la fe de que sus ruegos ya han sito atendidos.
Minutos después, la imagen de la Pastora de las Almas, salió en procesión en hombros de militares debido a la visita prevista a la XIV Brigada de Infantería. Cantos marianos, oraciones, rezos del santo rosario, homenajes de niños pertenecientes a colegios de la zona, honraron a la dulce doncella que también compartía con los hijos de Dios en las calles de Nazaret, hace más de 2 mil años.
Fotos: Elías Rodríguez
