Eran el pilar de la familia, quienes llevaban la batuta del hogar, admirados a diario por poder llevar el pan a la mesa con el producto del esfuerzo de su labor. Así veían a los trabajadores del sistema penitenciario, situación que empezó a cambiar una vez que comenzaron a presentarse retrasos en el pago de los salarios y bono alimentario, hecho ocurrido en el mes de julio del 2011, cuando fue creado el Ministerio de Asuntos Penitenciarios.
Pasaron los meses y con promesas de que todo se solventaría, pagaban el dinero atrasado y así mantuvieron al personal obrero, administrativo y a los custodios, hasta que explotó la noticia de que el Ministerio de Interior y Justicia los liquidaría y el nuevo organismo creado los absorbería. Pero la mala noticia está en que no les garantizan los puestos de trabajo a todos.
Esta situación vuelve a salir a flote una vez que en el mes de diciembre se hiciera una marcha en representación de todos los trabajadores del país, que son alrededor de 7 mil que se encuentran en esta posición. Les cancelaron hasta la primera quincena de enero y les prometieron que el pago sería para febrero. Llegó el mes de marzo y no han visto ni medio.
Desde hace dos meses están viviendo con dinero prestado, subsisten de lo que les dan sus familiares, bien sea la pareja, y en algunos casos los padres. Ellos han perdido la independencia que tenían y muchos se encuentran endeudados. Existen trabajadores que tienen hasta 15 años de servicio, han dado su vida entera ganándose enemigos y hasta exponiendo su vida.
En la entidad larense son aproximadamente 400 trabajadores quienes se encuentran en dicha situación, adscritos a la cárcel de Uribana, al Centro de Tratamiento Nilda Lucrecia, al Destacamento de Trabajo, ubicado en la antigua cárcel de la 13 y a la Unidad Técnica, ubicada en la calle 35 con carrera 17.
Rahim Puertas manifiesta que no saben cuál será su destino. Hasta ahora nadie les da algún tipo de respuesta de su situación, en su caso en particular estuvo en Uribana y de la noche a la mañana fue removido.
Esto lo indicó la mañana de ayer en las afueras del centro de tratamiento Nilda Lucrecia, ubicado en la carrera 13 con calle 45, en donde se encontraban un grupo de trabajadores apostados con pancartas pegadas a la reja, protestando de forma pacífica porque desde hace dos meses no le cancelan su sueldo y tampoco el bono alimenticio, además carecen de seguros HCM y a muchos les adeudan sus vacaciones.
Deibis Yépez, un custodio que hace un mes se había encadenado para exigir sus derechos, exclamó que las autoridades no hacen más que burlarse de su situación. Dicen que están en representación de todos sus compañeros de Lara, pues los que están en Uribana que son la mayoría de los trabajadores tienen prohibido alzar sus voces porque han sido amenazados por el personal directivo, indicando que los van a expulsar.
Yépez también informó que esta actividad se estaba haciendo extensiva a otros centros de reclusión como era en Cepella, estado Portuguesa, en Tocorón, estado Aragua, en la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), ubicada en San Juan de Los Morros, en Ciudad Bolívar, Margarita, Sabaneta y esperaba que la protesta se hiciera extensiva y sea cumplida por el personal que actualmente labora en el sistema penitenciario.
El llamado que hacen los trabajadores en general es a la ministra Iris Varela, para que tome conciencia y sean absorbidos por el actual Ministerio, pues recalcan que las penitenciarías no deben estar en manos de personas que no están capacitadas para atender a los privados de libertad.
Uribana tranquilo
La mañana de ayer se acudió hasta las instalaciones de la cárcel de Uribana. La entrega de paquetes se estaba llevando con total normalidad y en la puerta se encontraba el director del penal Nelson Bracca, a quien se le preguntó por la participación de los custodios en la protesta e indicó que hasta ahora el personal que estaba a su cargo se había mantenido tranquilo, sin ningún tipo de irregularidad.
Se observaba a los custodios y personal cumpliendo con sus funciones y el custodio que estaba en la puerta dijo que estaba trabajando.
Sin embargo otros, por vía telefónica, indicaron que estaban molestos, apoyaban a sus compañeros que estaban en lucha y que sabían que ellos los entenderían porque estaban presionados.
Además de la información de que todo estaba en calma, Bracca indicó que el anexo en donde se encuentran los 104 privados de libertad provenientes de la ciudad capital es sometido a procesos de restauración.
Fotos: Jairo Nieto