El Ejército colombiano abatió a 31 guerrilleros de las FARC en combates en una zona petrolera del noreste de Colombia, fronteriza con Venezuela, en uno de los golpes más fuertes de las Fuerzas Militares contra el grupo rebelde, informó el miércoles el Gobierno.
El ataque del Ejército, apoyado por la Fuerza Aérea, contra una columna de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se registró en el departamento del Arauca, en la misma región en donde el sábado esa guerrilla asesinó a 11 efectivos militares.
«Gran golpe a las FARC en Arauca. Felicitaciones a nuestras Fuerzas», dijo el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, en su cuenta en Twitter.
La operación fue realizada por la Fuerza de Tarea Quirón, una unidad que hace parte del rediseño de la estrategia de guerra contra la guerrilla y que busca fundamentalmente neutralizar las principales estructuras militares y económicas de las FARC, sin descuidar la captura o muerte de los principales jefes rebeldes.
«Durante este año, es el golpe más fuerte que le hemos dado a las FARC», dijo a periodistas el general Ernesto Maldonado, comandante de la octava división del Ejército.
Las FARC, consideradas como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, han intensificado sus ataques en las últimas semanas, incluido el sector petrolero, como parte de una estrategia para demostrar su poder militar, de acuerdo con fuentes de seguridad y analistas.
Aunque el grupo rebelde ha sido debilitado por una ofensiva militar apoyada por Estados Unidos, aún tiene la capacidad de realizar atentados de gran impacto en regiones como el departamento de Arauca.
El Gobierno colombiano ha descartado la posibilidad de iniciar un diálogo de paz con las FARC hasta que los rebeldes liberen a todos los secuestrados, suspendan sus ataques y anuncien su disposición de deponer las armas.
Pero el grupo guerrillero, que a finales de febrero anunció la suspensión de los secuestros económicos, ha rechazado las exigencias por considerarlas como una rendición, lo que mantiene alejada la posibilidad inmediata de una salida negociada a la confrontación de casi cinco décadas.