El director del video viral en YouTube «Kony2012», que busca crear conciencia para dar caza al criminal de guerra ugandés Joseph Kony, sufría una «psicosis reactiva breve» cuando se masturbó desnudo en una calle en San Diego, sur de California, informó su familia.
«Quisiéramos aclarar nuevamente que el accidente de Jason (Russell) no fue resultado de drogas o alcohol. El diagnóstico preliminar es una psicosis reactiva breve, un estado agudo causado por el agotamiento extremo, el estrés y la deshidratación», dijo el miércoles su esposa Danica Russell en un comunicado.
El viernes pasado el cineasta Jason Russell, director de un video que ha sido visto 84 millones de veces desde que fue cargado en YouTube el 5 de marzo, tuvo en las calles de San Diego (sur de California) un errático comportamiento. En videos caseros publicados luego, se lo ve desnudo, gritando y golpeando la acera con las manos.
Algunos transeúntes reportaron haberlo visto masturbándose y, tras ser arrestado brevemente, Russell, de 33 años, fue hospitalizado.
Ben Keesey, el director de Invisible Children -el organismo que realizó la exitosa campaña en internet contra Joseph Kony-, explicó entonces que Russell estaba bajo un estado de extremo agotamiento debido al interés mundial que había despertado el video.
«Los doctores dicen que es una experiencia común dado el gran impacto mental, emocional y físico que ha sobrellevado en las últimas dos semanas», continuó la esposa de Russell. «Incluso para nosotros, es difícil entender la súbita transición entre el relativo anonimato y la atención mundial».
«Gracias a todos los que siguen apoyándonos, a nosotros dos y a Invisible Children. La organización es una extensión de nuestra familia y esperamos que la misión de Jason en la región siga siendo el centro de atención».
El video, que ganó el apoyo de numerosas celebridades, es una campaña para llevar ante la justicia a Joseph Kony, el fugitivo líder de la milicia rebelde ugandesa Ejército de Resistencia del Señor (LRA).
Pero «Kony2012» ha recibido también numerosas críticas por explicar la situación en términos maniqueos, por supuestamente promocionar la labor del propio cineasta, por tratar un tema cuyo momento cumbre tuvo lugar diez años atrás y proponer una solución «occidental» al problema.
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