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Apenas un mes después de su primer compromiso oficial en solitario, Catalina pronunció el lunes el primer discurso público desde su boda con el príncipe Guillermo con motivo de la inauguración de un centro para niños con enfermedades terminales en Ispswich (este de Inglaterra).
La duquesa de Cambridge, que llevaba un vestido de color azul real con solapa ceñido con un cinturón oscuro, consiguió dominar los nervios en su corto discurso, en el que se declaró “profundamente honrada” de poder formar parte de este proyecto, obra de una de las organizaciones en las que ha decidido involucrarse personalmente, la East Anglia’s Children’s Hospices.
“Sólo lamento que Guillermo no pueda estar aquí hoy. Le hubiese encantado”, agregó Catalina, de 30 años, cuando su esposo está terminando una misión de seis semanas en las islas Malvinas como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate de la Real Fuerza Aérea (RAF) británica.
Aunque recibió una fuerte ovación de los presentes, confesó posteriormente a uno de los asistentes a la recepción con miembros del personal y patrocinadores que encontraba los discursos “estresantes”, según la prensa británica.
Catalina, que celebrará el 29 de abril su primer aniversario de boda, se estrenó a principios de febrero en sus funciones reales en solitario inaugurando una exposición del desaparecido Lucian Freud en la National Portrait Gallery.
Desde entonces ha participado en varios actos oficiales, congregando a cientos de curiosos, e incluso acompañó a la reina Isabel II, abuela de su marido, y al esposo de ésta, el duque Felipe de Edimburgo, en el lanzamiento en Leicester (centro de Inglaterra) de su gira nacional con motivo del Jubileo de Diamante, que celebra el 60 aniversario de la llegada al trono de la soberana británica.