• Si la oposición devolviese el ojo por ojo y diente por diente al que invita el chavismo, este país sería el colectivo «Venezuela» de los invidentes y desdentados.
• Es tiempo de rectificar, no de ratificar. Quienes nos equivocamos de calle en el ’98 tenemos un compromiso con nuestra patria.
• Quien crea que ganarle a Chávez ya es pan comido, o que el mandado está hecho, va a tener que cambiar de panadero o de mandadero. Eso de que cada uno de nosotros debemos llevar dos más a votar no es juego. ¿Ya tú tienes los tuyos?
• La inseguridad en este país es tal que las muertes por ese conducto ya no son parte de una estadística.
• El gobierno hará todo lo posible por mantener el pescao rayao a raya en Semana Santa. Aunque, a decir verdad, !qué es una raya más pa’ ese tigre inflacionario!
• Las malas mañas se pegan como un parche poroso de los viejos, de esos que cuando uno se lo despegaba se traía medio pellejo con ellos.
• Me atrevería a decir que en algunos hogares muy humildes, a Chávez ya le están poniendo velas; no porque lo quieran ver muerto, sino porque lo han canonizado antes de tiempo. Adelantándose quizás, a los designios de la Santa Sede.
• Arabe que no es comerciante no es árabe. El árabe Jaime Taja, desde la puerta de su almacén Jerusalén, en mi pueblo, recuerdo yo, invitaba a los parroquianos con su arenga: «Base adelante, baisano, base. Zabatos buenos, bonitos, baratos. Bor ser bara usted, buedo bajarle el brecio». Tremendo embuste. Ni siquiera nos conocía y hablaba de «bor ser bara Ud.»
• Una de las columnas mas leídas en Venezuela es la columna «Runrunes» de Nelson Bocaranda. Para mí, él se inspirò en la frase «Run, Forest, Run» de la película «Forest Gump». Y precisamente, a correr es que pone a todo el entorno presidencial con los tubazos que les mete a cada momento.
• Mis hijos ya no son adolescentes aunque continúen adoleciendo de algunas cosas. !Pero que estoy diciendo! Nadie es perfecto. ¡Quienes me conocen saben que soy un perfecto ejemplo de imperfecciones!
• Un vendedor de empanadas en una calle en Cúcuta vocea: «Sabrosas empanadas. Deliciosas empanaditas…dese el gusto». Uno de tonto le pregunta: ¿»A cómo las empanadas, señor? A peeso. ¿Y las empanaditas? «A pesiito».
• ¿Será Adán la manzana de la discordia (roja) en el PSUV, si el otro no va pa’l baile?
• A Elías se le hace jagua la boca el sólo pensar en que él pueda ser el ungido del todopoderoso.
• En México aliviarse significa dar a luz o parir. En Venezuela no. Sin embargo, yo quisiera que nosotros nos aliviáramos de esta pesadilla presidencial, pariendo un verdadero estadista en octubre.
• Hoy la computadora sirve para muchas cosas. Por ejemplo, mi mujer cuando se siente sola juega al solitario; mientras yo la observo, igualmente solito, desde el rincón de mis recuerdos.
• A medida que uno va entrando en años se da cuenta de que sabe las respuestas a muchas preguntas. Sólo que ahora, escasean los interesados en hacerlas. Recomiendo el monólogo.
• No hay cosa más triste que un domingo por la tarde. Una vez que uno se jubila, uno tiene que estar mosca para que todos los días no se le conviertan en «domingos por la tarde».
• A Esteban lo queríamos en suelo patrio. Le deseábamos un pronto regreso, pues le tenemos una urna (electoral) para enterrarlo bien hondo el 7-O
• De niño, cuando yo venía de vagaciones a Barquisimeto, me moría por un helado de copa que vendían en una heladería cercana a la Vargas con Venezuela. Un dia, a costa de mucho sacrificio, reuni todas las lochas necesarias para comprarlo. Raudo me fui a la heladería con la boca hecha agua por el gusto que me iba a dar. Al llegar al sitio, para mi desconsuelo, la heladería… ya no existía.» !Plop! Así son las cosas», diría Oscar Yánez.