En el caserío El Molino, al oeste de El Tocuyo, además de la preocupación por las aguas de un buco que se desborda cuando llueve fuerte, también lo están por el incumplimiento a las promesas que les hicieron con respecto a viviendas.
Son varias las familias cuyas humildes casas sufrieron daños en esa oportunidad, algunas sumamente graves al punto de haber quedado prácticamente inhabitables.
En aquella ocasión, desde la Alcaldía de Morán les prometieron reubicarlas en otro lugar pues donde se encuentran corren peligro pues han sufrido por inundaciones y hasta derrumbes de paredes y temen que este año ocurra lo mismo.
Entre las que siguen esperando por el cumplimiento de esas promesas figuran, Aracelis Guédez, madre de cinco niños, Soraya Pérez, Flor María Rodríguez y Armando Antonio Bravo.
“A mi me dijeron que iban a reubicarme porque ese buco cuando se desborda me inunda la casita, y también el agua que viene de arriba. Ojalá sea antes de que se inicien las lluvias”, expresó Soraya.
Dijo que las aguas negras que corren por el buco también causan enfermedades a los niños.
Por su parte, Aracelis tiene esperanzas de que antes de la temporada invernal le entreguen la casita que le prometieron.
Por los momentos protege la que tiene con un muro a fin de evitar que el agua ingrese a ella.
Pero quien está en mayor riesgo es Armando Bravo pues el racho de bahareque donde vive presenta un avanzado deterioro que obliga a temer por su derrumbe ante cualquier fuerte aguacero.
“Por aquí ha venido mucha gente y nos ofrecen, pero después no hacen nada, y tengo que seguir en este rancho porque ¿pa’donde me voy si esto es lo único que tengo?, expresó con resignación.
Se quejó de que en el consejo comunal del sector no se preocupan por situaciones como la suya y cuando consiguen hacer viviendas se las entregan a quienes menos las necesitan.
”Yo tengo 66 años viviendo en El Molino y todo el tiempo lo único que oigo son promesas, más cuando vienen elecciones, pero después no se acuerdan de uno”, manifestó.
Flor María Rodríguez es otra de las que en El Molino esperan le resuelvan su problema habitacional, que considera muy serio.
Dijo que el año pasado, durante las inundaciones que en el caserío se registraron, prácticamente se quedó sin casa donde vivir, pero, afortunadamente, “me ayudaron a levantar y ahí estoy, con la ayuda de Dios para que no se caiga”.
Como ellos existen muchas familias en El Molino para quienes la primera necesidad es el de las viviendas.
La mayoría de los afectados vive en ranchos de bahareque construidos hace años, en los que se observan serios deterioros que hacen temer por sus desplomes en cualquier momento.
Reiteraron su llamado a la Alcaldía de Morán, la gobernación o a quienes en Lara dirigen la llamada Misión Vivienda para que se den una pasadita por El Molino y se percaten del alto número de familias que son candidatas de primer orden para ser favorecidas con el programa.
La Laguna
En igual situación se encuentran los habitantes de La Laguna, en la parte alta de El Molino, donde existe una laguna que actualmente no tiene agua, pero cuando llega el invierno se llena y desborda arrasando con todo lo que encuentra a su paso.
Ante la indiferencia de los organismos oficiales al problema los mismos habitantes han tenido que contratar máquinas y hacer muros para protegerr sus casas.
“Ya viene el invierno y al llenarse la laguna llega el peligro”, dijo no de ellos.
Fotos: Luis Salazar