El enviado de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, advirtió este viernes de una posible «escalada» del conflicto sirio al resto de Medio Oriente e instó a los países miembro del Consejo de Seguridad a permanecer unidos para presionar al presidente Bashar al Asad.
Annan hizo su advertencia ante el Consejo de Seguridad horas después de que Turquía aconsejara a sus ciudadanos salir de Siria, donde miles de personas participaron en nuevas protestas contra el gobierno. Los activistas dijeron que al menos otras 15 personas fueron asesinadas.
Todos los países cercanos a Siria están preocupados por las secuelas de la revuelta, dijo Annan a los periodistas tras informar a puerta cerrada al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis, via videoconferencia desde Ginebra.
«Tenemos la tendencia a centrarnos en Siria, pero cualquier error de cálculo que lleve a una escalada mayor tendrá un impacto en la región que sería extremadamente difícil de manejar», dijo a periodistas.
«Cuanto más fuerte y unificado sea vuestro mensaje, más oportunidad hay de cambiar la dinámica del conflicto», declaró el ex secretario general de la ONU, y agregó que «sigue discutiendo» a pesar de todo y que enviará a varios representantes a Damasco la próxima semana para hablar de una eventual misión de mediación.
Por su parte, el embajador sirio ante la ONU, Bachar Jaafari, declaró a la prensa en Nueva York que el equipo de Annan «llegará el domingo a Damasco».
Siria «espera un equipo técnico de los servicios de Annan que debe llegar a Damasco el domingo para discutir problemas relativos al cumplimiento de su misión», dijo Jaafari ante el Consejo de la ONU.
«Me gustaría asegurarles por parte de mi gobierno que Siria desea el triunfo de la misión de Annan», añadió.
Al término de la oración del viernes al mediodía se registraron manifestaciones a pesar de la presencia del ejército, en especial en las regiones sirias de Homs (centro), Alepo (norte) y Deraa, cuna de las protestas en el sur.
«El pueblo quiere una intervención militar, que se arme al Ejército Sirio Libre (ESL) y la caída del régimen», gritaron varios miles de manifestantes reunidos en Alepo, ciudad que durante mucho tiempo se vio poco afectada por las protestas contra el régimen, según un militante en el lugar contactado por teléfono por la AFP.
La revuelta, que comenzó hace un año, el 15 de marzo de 2011, cobró un giro y se militarizó. La oposición, así como algunas monarquías del Golfo, piden que se arme a los desertores reagrupados en el ESL, algunos reclaman una intervención militar extranjera.
Por el contrario, el régimen, que celebra el apoyo del pueblo en la lucha contra «las bandas terroristas», a las que atribuye los hechos de violencia, movilizó el jueves a decenas de miles de manifestantes en respaldo al presidente Bashar al Asad.
El viernes, la televisión estatal difundió imágenes de una multitud con banderas sirias reunida en una importante plaza de la capital.
Foto: AP