“La violencia: es una reacción de poder basada en el uso de la fuerza, cuyo fin consciente o inconsciente, es el de someter la voluntad de los demás a favor de quien la aplica, causándoles daño parcial o total de tipo físico, sicológico, económico, social o de cualquier tipo”.
Esta acción de asumir el control en todo, ya se está haciendo usual en el hombre hacia la mujer en muchos países y especialmente se destaca en los estudios en América Latina. Y está perjudicando a muchas familias por lo que debe ser eliminada contundentemente por la educación y la ley .La mujer abusada se encuentra en toda la sociedad, sin distingos de colores, credos, o condición económica. Así lo dice el Reverendo Otty Ossa Aristizabal en su artículo.
”Es aquella que sufre maltrato intencional de orden emocional, físico, moral, o sexual, ocasionado por el hombre con quien mantiene vínculo íntimo. Algunas de las formas como se manifiesta el abuso del hombre hacia la mujer son: pellizcándola, dándole cachetadas, empujones, sacudidas y patadas; resaltando algún defecto físico o haciéndole sentir fea, gorda, ignorante, o torpe; halándole el cabello; apretándola por el cuello; limitándole el dinero e impidiéndole trabajar; abandonándola en lugares desconocidos o peligrosos; negándole ayuda cuando ella la necesita; ignorándola e incomunicándose; gritándole frente a los hijos u otras personas; burlándose de ella; contándole descaradamente detalles sobre sus aventuras sexuales y comparándola negativamente con otras mujeres; atacando su origen y sus familiares; negándole lo que necesita; celándola, ahuyentando sus amistades y aislándola de los demás; obligándola a vestirse y comportarse diferente a como ella quiere; haciéndole gestos descalificadores; amenazando con matarla; negándose a escucharla y a valorar sus sentimientos ; obligándola a tener sexo; destruyendo su ropa, objetos y enceres preferidos; ensuciando lo que ella limpió; invadiendo y anulando su pasado y privacidad; y otros. Quienes no encajan en esta categoría de abusadas son aquellas mujeres para quienes el maltrato físico implica goce sexual, tal como sucede en llamadas relaciones “sadomasoquistas”. Debe entenderse que esta aberrante situación en el matrimonio, tiene actitudes desequilibradas en cuanto su aprecio personal mutuo. En esta frustración en que el hombre mal tratador se halla en su sique bulle ser abandonado. Esta imbuido de falsas creencias machistas aprendidas, según las cuales: las mujeres “deben” obedecer al hombre a ciegas lo cual indica el grado de estima en que la ubican.
Hay casos contrarios en los que las mujeres provocan a los maridos. No se puede justificar el maltrato. Si la mujer promueve la violencia, el hombre debe ayudarla o retirarse, sin entrar al círculo del abuso.
