Más de 9.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto en Siria desde el estallido, hace un año, de una revuelta popular reprimida a sangre y fuego por el régimen de Bashar el Asad, informó una ONG siria.
Según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, con sede en Gran Bretaña), perdieron la vida 9.113 personas, entre ellas 6.645 civiles, 1.991 militares y miembros de los servicios de seguridad y 471 rebeldes.