Apreciados lectores, reconocemos que sólo hay un Dios verdadero; que sólo Dios conoce nuestras debilidades, nuestros problemas y que todo se lo debemos a Él. Él es nuestra patria, Él es nuestro amigo, es nuestro creador, Él es nuestro hermano, es nuestro protector; por qué esperar tanto tiempo para entregar nuestras vidas a Dios estando en vida. ¿Tenemos que esperar, acaso, pasar por tantas dificultades como cuando tenemos a nuestro hijos pequeños, donde muchas veces no alcanzamos a verlos cuando ellos están viejos?: si cuando ellos ya están grandes disfrutan con sus mujeres, sus amistades y no les alcanza el tiempo para visitar a sus queridos padres que lo han dado todo por ellos; no es que perdamos nuestro tiempo, nuestros trasnochos, nuestros sacrificios. Es verdad la palabra de Dios dice, se juntará el hombre a su mujer y será una sola carne. Pero no dice abandonara el derecho, la responsabilidad, obligación que tiene como herencia de unos padres quienes se sacrificaron por ellos. Como también dice la palabra de Dios: instruye al niño en su camino más cuando este viejo no se pasara de dios.
Porque los hijos les alcanza el tiempo para sus borracheras, sus deleites con los demás, y no se acuerdan de sus padres. ¿Será que están en los caminos de Satanás? O será que viven en un mundo de fantasías, donde no los esperan muchas cosas buenas. Por eso, queridas madres, que sé han sacrificado tanto por sus hijos, no lloren desconsoladamente. Hay un Dios en el cielo y en la tierra donde usted no está desamparada; acuda a él en oraciones, pida por sus hijos, por sus vecinos y por todo el mundo entero. Si usted no ha entregado su vida a Dios hágalo que él le dará la mejor felicidad que no ha tenido nunca en su vida; entréguese a Dios antes que muera. Dios está es esperando por usted. Entrégale el alma, mente y corazón, y verá las bendiciones que le llegaran a ti y a toda tu familia. Tengo 56 años dentro de la Iglesia Adventista y también he visto cantidad de milagros, tanto en mí como en otras personas; primero he superado muchas enfermedades y muchos accidentes. Conozco a mi Dios desde pequeña cuando tenía 7 años, fue mi primer libro escrito en letra de carta copiado de la vida de Jesús.
Dios les Bendiga.