El malestar y descontento de quienes por algunos meses ocuparon los terrenos cercanos al Aeropuerto Internacional Jacinto Lara, creció considerablemente al caer la tarde y se convirtió en protesta.
Como medida de presión, y con la firme intención de conversar cara a cara con la alcaldesa Amalia Sáez, más de 200 personas interrumpieron el flujo vehicular en la avenida Ribereña a la altura de El Garabatal.
Neumáticos encendidos y enérgicas consignas acompañaron la manifestación que ocasionó caos en el tráfico al oeste de la ciudad.
El equipo periodístico de EL IMPULSO sólo logró conversar con los manifestantes por unos minutos, por cuanto los líderes del grupo insistían en que únicamente hablarían con la máxima autoridad municipal, a quien calificaron como traidora del pueblo. “Estamos protestando y exigiendo la presencia de la alcaldesa para que dé la cara, y se comprometa con los ocupantes a no continuar con los desalojos. Arbitrariamente, los guardias nacionales vinieron en la madrugada del domingo, nos sacaron a golpes y empujones, sin respetar la presencia de embarazadas y niños. Tampoco hubo intervención de un fiscal”, relató el señor Melvin Méndez.
El vocero apeló a un informe de la Organización Mundial de la Salud, para afirmar que las emisiones de los radares no afectan la salud pública. “Esa matriz de opinión que han querido levantar en torno a los radares es falsa. Se burlaron de nuestras necesidades y nos engañaron”.
A las 6:00 de la tarde, los ánimos estaban cada vez más caldeados entre los invasores, quienes aseguraron no abandonarán la protestas hasta tanto las autoridades no ofrezcan una solución definitiva a su problema habitacional. “Somos más de tres mil familias que vamos a exigir al Gobierno que cumpla sus promesas”, exclamaron.
Fotos: Emanuele Sorge