Los integrantes del Movimiento de Educación Popular Integral Fe y Alegría en Venezuela insisten en el firme propósito de inculcar paz en los ciudadanos que habitan en todos los rincones del país, a través de los distintos programas de formación y de la campaña anual de concientización que comienza días antes de la celebración del aniversario de su fundación en el país.
El lema del año 2012, “La paz es el camino”, acompaña los 57 años de dedicación y entrega del movimiento que se dedica a brindar una educación de calidad a las personas de escasos recursos.
“En Fe y Alegría nos negamos a aceptar que la violencia se esté convirtiendo en una especie de cultura y a que se considere que es normal maltratarnos e insultarnos, o a que en Venezuela se registre un número de muertes por violencia superior a la cifra causada por tragedias naturales o guerras… además, la mayoría de los muertos son jóvenes de las clases más pobres, con los que nosotros trabajamos”, indica el material difundido a los medios de comunicación al inicio de la campaña anual.
De allí que en Fe y Alegría se comprometen a trabajar con mayor ahínco por una educación que cultive los valores de la paz.
El movimiento nace en Venezuela el 5 de marzo de 1955 gracias a la visión del padre jesuita José María Vélaz (1910- 1985), quien contó con la colaboración de numerosas personas y organizaciones para cristalizar su obra rica en historia y proyección futurista.
Ese día se abrieron las puertas de la primera escuela en el oeste de Caracas, Distrito Capita, en una vivienda cedida por Abraham y Patricia Reyes, quienes tuvieron la generosidad de otorgar su propiedad para acoger a los niños de la zona.
El Movimiento se extendió luego a Ecuador (1964), Panamá (1965), Perú (1966), Bolivia (1966), El Salvador (1969), Colombia (1971), Nicaragua (1974), Guatemala (1976), Brasil (1980), República Dominicana (1990), Paraguay (1992), Argentina (1995), Honduras (2000), y Chile (2005).
En 1985 se establece Fe y Alegría en España como una plataforma de apoyo del trabajo del Movimiento en Europa. Hasta la fecha, el movimiento opera en 19 países y sus instituciones se encuentran asociadas como Federación Internacional. Además, en Italia se tiene una extensión del Instituto Radiofónico de Ecuador.
Corazón tranquilo
La ausencia de guerra o una vida sin problemas, dificultades o conflictos, no necesariamente es significado de paz. A juicio de Fe y Alegría, paz significa vivir en un ambiente de respeto, justicia, seguridad, libertad, y tener el corazón tranquilo en medio de los problemas y las dificultades.
“Sólo los que tienen el corazón en paz podrán ser sembradores de paz y contribuirán a gestar un mundo mejor en medio de tantas violencias, tormentas y problemas. La lucha por la paz y la justicia debe comenzar en el corazón de cada persona”, señalan y al mismo tiempo, aclaran que ser pacífico o constructor de paz no implica adoptar posturas pasivas, ni ser sumiso, sino comprometerse y luchar por la verdad y la justicia.
“No seremos capaces de romper las cadenas externas de la injusticia, la violencia, la miseria, si no somos capaces de romper las cadenas internas del egoísmo, el odio y el consumismo que atenazan los corazones. No derrotaremos la corrupción, que actualmente corroe la entraña de la sociedad, con corazones apegados a la riqueza; no construiremos participación y democracia con corazones ávidos de poder; no estableceremos un mundo fraternal con corazones llenos de odio y de violencia”.
En Venezuela, “necesitamos con urgencia recuperar una mirada cariñosa e inclusiva para vernos como conciudadanos y hermanos y no como rivales o enemigos. Al enemigo se le destruye con violencia. Al hermano se le acepta con cariño a pesar de la diversidad y las diferencias”.
La genuina democracia, destacan, es un poema de la diversidad y no sólo tolera, sino que celebra que seamos diferentes pero iguales. “Es tiempo para el reencuentro y el trabajo compartido para superar juntos los graves problemas que tenemos, entre ellos, el de la inseguridad, la pobreza, la corrupción, la violencia y la ineficiencia. Son tiempos para, sin claudicar de las grandes utopías de buscar con empeño un mundo mejor para todos, emprendamos los cambios necesarios y urgentes que nos resuelvan los gravísimos problemas de la cotidianidad”.
La paz verdadera se asienta sobre las bases de la justicia, consideran. “Juntos construimos la paz y juntos construimos la esperanza, con mucha fe y mucha alegría. No permitamos que nos dominen el desaliento y la desesperanza. Desoigamos los gritos que nos invitan a la intolerancia, el odio y la violencia. En estos días, más que nunca, cultivemos la sonrisa, la ternura, la amabilidad, el perdón. Venezuela tiene un hermoso futuro de justicia, convivencia y paz, que debemos construir juntos, entre todos y para todos. Fe y Alegría sigue apostando y trabajando por ese futuro”.
Transformación
y promoción social
Fe y Alegría es un Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social cuya acción se dirige a la población excluida, para construir un proyecto de transformación social, basado en los valores cristianos de justicia, participación y solidaridad.
Agrupa a personas en actitud de crecimiento, autocrítica y búsqueda de respuestas a los retos de las necesidades humanas. Es de educación porque promueve la formación de personas conscientes de sus potencialidades y de la realidad, libres y solidarias, abiertas a la trascendencia y protagonistas de su desarrollo.
También es popular porque asume la educación como propuesta pedagógica y política de transformación desde y con las comunidades. Es integral porque entiende que la educación abarca a la persona en todas sus dimensiones. Y es de promoción social porque se compromete en la superación del individuo y, desde allí, en la construcción de una sociedad justa, fraterna, democrática y participativa.
Fotos: Cortesía Fe y Alegría / Daniel Arrieta