Lo que venía siendo una advertencia en las últimas semanas se concretó la madrugada de este domingo en los terrenos adyacentes al cono de seguridad del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara, en la vía hacia La Carucieña y José Félix Ribas.
La última ocupación ilegal en la zona registrada el pasado domingo 29 de enero por parte de unas 300 familias aproximadamente, llegó a su fin cuando piquetes de la Guardia Nacional y del Ejército llegaron al sitio y comenzaron a desarmar los ranchos de cinc y a solicitar a la gente abandonar el terreno de inmediato.
La acción oficial duró un poco más de seis horas. Los uniformados llegaron en convoys, buses, motos y también llevaron camiones en los cuales posteriormente trasladaron el material de construcción de las débiles estructuras que desbarataron.
Luego de proceder a desmontar los ranchos pasaron una máquina para limpiar el lugar. Hasta el mediodía de ayer todavía había movimiento de algunas personas que trataban de recuperar lo poco que podían.
Acción represiva
Varias de las personas que pernoctaban en situación infrahumana en ese lote desde hacía más de un mes y 10 días, denunciaron a EL IMPULSO que la acción de los militares fue desmedida, agresiva y violatoria de los derechos humanos.
Manuel Fonseca, uno de los testigos y afectados por el desalojo aseguró que a eso de la una o dos de la mañana escucharon pitos y un gran alboroto.
“Eran más de cien policías, guardias nacionales y soldados que llegaron como si iban a confrontar una guerra y sin más allá, empezaron a tumbar las chocitas que construimos con mucho esfuerzo”.
Testimonia que los ocupantes (más de 40 familias, unas 300 personas) estaban muy asustados y quienes pudieron sacaron sus pocas pertenencias para evitar que se las llevaran y decomisaran con destino incierto.
Engañados
Yarelis Vásquez, una de las líderes o voceras de las familias ocupantes lamentó la medida en contra de quienes estaban en posesión del terreno cercano a la pista de aterrizaje del terminal aéreo.
“Este pasado sábado, desde las 11 de la mañana y hasta las dos de la tarde, estuvimos reunidos en una mesa de trabajo en el Comando Regional 4 de la Guardia Nacional con el dirigente regional del PSUV, Andric Cordero, y él nos prometió una solución con el gobierno”.
“Nos sentimos engañados porque nos dijeron que nos iban a apoyar y que no nos desalojarían hasta tener donde ubicarnos. Nos dieron buenas noticias y estábamos confiados en el apoyo del gobierno, pero la madrugada de este domingo nos trataron muy mal, peor que a los reos de Uribana donde por lo menos respetan los derechos humanos”.
Otra de las desalojadas, que no quiso identificarse, aseguró que dos semanas atrás se habían reunido con el hermano de Luis Reyes Reyes, Aníbal Reyes, en Fudeco y también éste les habría prometido apoyo y no violencia. “Nos trataron peor que a unos delincuentes; estamos inscritos en la Misión Vivienda, pero eso no vale porque no hay respuestas. ¿Hasta cuándo engañan al pueblo?”
Fotos: Edickson Durán