La alegría y dedicación del criollo son contagiantes, por ello tanto en el clubhouse de los Tigres como dentro del terreno de juego todos sus compañeros lo siguen, los coaches lo admiran y los periodistas no dejan de asombrarse.
Con su guante amarillo, el mismo que tomó al dejar atrás el mascotín de inicialista para empezar esta temporada, Miguel Cabrera hace maromas en la tercera base, al tiempo que sonríe, bromea y le grita a Prince Fielder: “Vamos, negro”.
Esa energía y felicidad que muestra el venezolano se debe al disfrute que está teniendo del juego y del reencuentro con la posición que más placer le da defender: la antesala.
Jayson Beck, periodista de MLB y encargado de darle seguimiento a la organización de Detroit, confiesa que nunca había visto al criollo tan motivado durante una primavera.
“Realmente, está disfrutando de esto. Él adora jugar la tercera base y por eso creo que este spring training ha sido el más feliz que ha tenido con los Tigres, por lo menos así lo apreciamos nosotros”, asegura Beck.
Cabrera comenzará esta campaña como el antesalista de los bengalíes, luego de haberse desempeñado al campo exclusivamente como primera base en los tres últimos años.
El cambio de posición, que se produjo por la contratación de Fielder, luego de la lesión de Víctor Martínez, le ha exigido al venezolano un mayor esfuerzo en su preparación.
“Estoy trabajando duro. Trabajando todo lo extra que se pueda para estar listo lo más pronto posible”, dijo Cabrera, quien la última vez que estuvo en tercera a tiempo completo fue en 2007, cuando estaba con los Marlins.
Esas sesiones adicionales que toma el maracayero, de 28 años de edad, inician alrededor de las 8 de la mañana, cuando regularmente los entrenamientos del equipo comienzan a las 9:30 am.
Aunque el aragüeño no sabe qué es lo que se le ha hecho más difícil en su proceso de adaptación, el coach de infield, Rafael Belliard, sí.
“Lo más difícil para Miguel es moverse para los lados. Hemos trabajado mucho en los rollings lentos y en los toques de bola, y él lo hace perfectamente. Le enseñé la técnica y ahora lo hace fácil. En un primer momento me sorprendí de ver a una persona tan grande que haga parecer eso tan fácil”, explicó Belliard, quien jugó en Grandes Ligas durante 17 campañas.
Para mejorar, adaptarse rápido a la posición y tener un mayor desplazamiento hacia los lados, Cabrera toma “como 700 o 800 rollings, durante unos 40 minutos, sin descanso. El día en el que él no está jugando y estamos en la casa (en Lakeland, Florida, donde queda el complejo de los Tigres) es que hacemos eso”, reveló el coach dominicano.
El venezolano, quien luce ágil y con buenos desplazamientos en las prácticas, en las que hasta toma rollings en el campocorto y baila reguetón, considera que la clave de jugar una buena defensa en la tercera base está en mantenerse apoyado en la punta de los pies.
“Así me puedo mover más rápido cuando salgan los batazos, por eso he estado trabajando en eso también. Ya en el pasado lo he hecho”, dijo el líder de los Tigres.
Hay quienes consideran que debe rebajar mucho más para tener una mejor defensa, pero él no lo ve necesariamente así, ya que si pierde más peso al final de la campaña no va a tener fuerzas suficientes para enfrentar el cansancio.
Durante el receso de campaña, en el que se entrenó con Hanley Ramírez –que también está afrontando un cambio de posición y con quien ha intercambiado opiniones acerca del proceso de adaptación que llevan adelante–, Cabrera perdió 11 kilogramos con el propósito de estar en la mejor condición física para encarar dicho reto.
Mucha intensidad
Para el venezolano, la temporada de Grandes Ligas comenzó ya, por eso la intensidad en su juego y en el esfuerzo que hace a la defensa no cesa. Él tiene una razón para ese enfoque mental.
“Uno tiene que prepararse para la temporada, no en la temporada, por eso hay que venir a jugar al cien por ciento desde ahorita, para que una vez que comience la temporada estar más tranquilo y relax, sabiendo que se pueden hacer las cosas bien. Eso te ayuda a tener un buen año”, agregó el maracayero.
Con esa actitud, esa rutina de trabajo –que no acaba hasta después de levantar pesas, luego del juego de exhibición en el que actuó–, Cabrera pone el ejemplo dentro de los Tigres, en donde el propio Fielder confiesa: “Quiero ser como Miggy”.
Ajusta el poderoso swing
Luego de terminar su segundo round en la práctica de bateo, Miguel Cabrera camina y se coloca al lado de Delmon Young y le comenta acerca de su swing.
El venezolano está ajustando su ofensiva, la cual no siente que esté lista para comenzar la temporada, pese a que esta semana conectó su primer jonrón del spring training. Lo bueno es que todavía tiene tiempo para ponerla a tono e iniciar la campaña a todo dar. “Hay que trabajar en la consistencia, en conseguir ese swing consistente para toda la temporada. En eso es que he estado trabajando, en que el swing esté siempre en la misma zona y en que los ojos no se pierdan cuando venga la pelota. Eso es lo que ayuda a uno a hacer un buen trabajo todos los días”, dijo Cabrera.
El venezolano evita hablar acerca de si la dupla que tendrá este año con Prince Fielder será la más temible de Grandes Ligas, pero asegura que hará mucho daño y que ayudará mucho a los Tigres de Detroit. “El año pasado tuve a Víctor, tremenda adquisición que hicieron los Tigres, lamentablemente, se lesionó y, bueno, se tomó la idea de agarrar a Fielder. Él no solamente me ayudará a mí sino a todo el equipo. Es un gran bateador, ya veremos lo que podemos hacer juntos”, expresó el tercera base de los Tigres.
La llegada de Albert Pujols a la Liga Americana no le quita el sueño a Cabrera en su anhelo de conquistar el Premio Jugador Más Valioso,
“En realidad, uno no tiene control sobre eso. Lo que quiero es ganar”.