En El Parchal no viven tranquilos desde hace algún tiempo a consecuencia de los hundimientos constantes de la tierra donde está asentado el caserío, cuyas consecuencias se observan en varios sectores, especialmente en el del centro.
Son unas 600 familias dedicadas a la agricultura que no han encontrado respuestas a los planteamientos efectuados ante organismos como la Alcaldía de Morán, Gobernación o el Ministerio del Ambiente.
«En la alcaldía de El Tocuyo nos dijeron que ellos solamente podían actuar cuando se registrara una emergencia», dijo Eulogio Sánchez, uno de los vecinos de El Parchal, quien ya ha sufrido las consecuencias del fenómeno natural pues tuvo que desalojar la casa donde residía puesto que comenzó a hundirse.
Como la de la familia Sánchez existen otras en iguales o peores condiciones pues en plena vía se encuentra una casa de bahareque que se desplomó en uno de los movimientos de la tierra.
O la de Miguel Rodríguez, que a pesar de ser relativamente nueva, también tuvo que abandonarla debido al desplome de sus paredes.
«De noche uno escucha unos ruidos raros y al otro día ve que las rajaduras de las paredes están más grandes», expresó.
Pero no sólo las casas de El Parchal están deterioradas sino también otros inmuebles como la escuela y el liceo y las dos iglesias católicas.
«Esto se está poniendo muy peligroso porque por todas partes está hundida la tierra y lo que estaba plano ahora tiene farallones», manifestó otro campesino.
La llamada iglesia vieja presenta extensas grietas en sus paredes y pisos imposibles de ser eliminadas.
«Uno le hace remiendos pero en pocos días las paredes y el piso vuelven a abrirse, y llegará el día en que todo se caerá», expresó un habitante.
Los pobladores están preparándose para otros «remiendos» con el propósito de que la capillita esté en regulares condiciones para las próximas fiestas en honor a San Isidro, en el mes de mayo.
Lo mismo hacen habitantes de varias casas, de bahareque o de bloques, cuyos habitantes están acostumbrándose a convivir entre paredes y pisos fracturados, algunos obligados a construir urgentemente otras viviendas ante el peligro que representan las que ocupan actualmente.
El ambulatorio
Pero si las casas de El Parchal presentan graves fallas, las del ambulatorio hacen presagiar el colapso total de la estructura debido a los daños cada vez más graves.
«Esto se va a caer en cualquier momento y hasta ahora ningún organismo, ni de la gobernación ni del ministerio ha venido a ver el estado en el cual se encuentra el centro, el único existente en toda la zona», dijo una habitante que se acercó al lugar.
En efecto, las paredes del centro asistencial están tan agrietadas que una persona puede cruzarlas por completo en algunos sitios.
Elena Sánchez, del consejo comunal, hizo un llamado al Ministerio de Salud o la Dirección de Salud de la Gobernación para que envíen unos inspectores a El Parchal y constaten el estado en el cual se encuentra la estructura.
«Antes de que se caiga, aunque parece que ahí el remedio es hacer otro ambulatorio en otro lugar», dijo Sánchez.
El ambulatorio actual se encuentra al lado de la escuela y el liceo, afectados por los hundimientos del terreno que han causado serios daños en sus salones al punto de haber cerrado varios por el temor de que se desplomen sobre alumnos o educadores, tal como lo reflejó ayer EL IMPULSO.
Todos los habitantes coinciden en el llamado para que expertos en la materia les visiten y determinen si hay posibilidades de continuar en la zona o si será necesario reubicar el poblado en otro lugar donde se sientan más seguros.
Igualmente pidieron la presencia de una comisión de Invilara pues la carretera se hunde de manera constante y los mismos vecinos tienen que recurrir a maquinarias y ellos mismos rellenar las fallas a fin de no quedar incomunicados, lo que les impediría sacar sus cosechas a los centros de distribución.
Pero, en general, en El Parchal están exigiendo ser atendidos; que tomen en cuenta las toneladas de alimentos que de allí salen permanentemente para el resto del país, los cuales están en riesgo de quedar inmovilizados tan pronto llegue la temporada de invierno.
Fallas geológicas
De acuerdo a un estudio realizado hace pocos años por técnicos del Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor, en el sector de El Parchal existen dos fallas geológicas importantes que están causando los problemas.
La primera, «de rumbo N40E, avanzando entre la fila montañosa de El Altico y Cerro Quemado, próxima vía a El Potrero, prolongándose hacia el suroeste (Humocaro Bajo)».
La segunda, «rumbo generalizado N40W, siguiendo el curso de la quebrada El Parchal».
Para los técnicos que elaboraron el informe, «no existen soluciones interinas y la recomendación es no seguir asentándose en el lugar y que se estudien otras alternativas».
Entre ellas está la de reconstruir el caserío en otro lugar.
Fotos: Elías Rodríguez