El papa Benedicto XVI volvió a condenar el viernes el matrimonio homosexual, en momentos en que muchos países tienden a legalizarlo, al considerar que atenta contra la familia tradicional y conduce a convertir en «irrelevantes las diferencias sexuales».
Al recibir el viernes en el Vaticano a un grupo de obispos de Estados Unidos, que celebraban la tradicional visita «ad limina» cada cinco años, el Papa denunció «las poderosas corrientes políticas y culturales» que buscan legalizar el matrimonio gay.
Quieren «alterar la definición legal del matrimonio» y consideran «irrelevantes las diferencias sexuales», dijo.
La condena papal fue pronunciada poco después de que Maryland, en el este de Estados Unidos, se transformara en el octavo Estado de ese país en legalizar el matrimonio homosexual.
Si bien el Papa no mencionó abiertamente el matrimonio gay ni la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, la Iglesia católica sigue empeñada en combatir la tendencia creciente en el mundo, y en particular en Estados Unidos, a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.
En su mensaje, el Papa pidió a la Iglesia y sobre todo a los católicos que sigan defendiendo el matrimonio tradicional, entre un hombre y una mujer, considerado «indisoluble».
«Es cada vez más evidente que el desprecio de la indisolubilidad de la alianza matrimonial, y el rechazo generalizado de una ética sexual responsable y madura basada en la práctica de la castidad, han dado lugar a graves problemas sociales que acarrean un inmenso costo humano y económico», dijo el Papa al referirse a «la crisis contemporánea» de la familia.
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